Duterte también le declara la guerra a la Iglesia

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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El presidente filipino ataca a la Conferencia de Obispos por criticar su forma de luchar contra el narcotráfico

06 feb 2017 . Actualizado a las 07:54 h.

Al presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, no le gusta que le contraríen. Y si alguien osa hacerlo, ha de prepararse para recibir una dura reprimenda. De ello puede dar fe la iglesia filipina, que denunció el «reino de terror» creado por la controvertida guerra contra las drogas impulsada por el presidente del país que desde junio ha causado más de 7.000 muertos. La Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas (CBCP, en inglés) abogó por combatir el tráfico ilegal de drogas, pero mostró su preocupación por los asesinatos cometidos en esta campaña, y por la situación en la que quedan las familias de las víctimas.

«Una causa adicional de preocupación es el reino de terror en muchas lugares entre los pobres», dijeron los obispos en una carta pastoral leída en las misas celebradas ayer domingo.

«Muchos son asesinados no por las drogas. Los asesinos no son llevados ante la justicia. Y causa aun de mayor preocupación es la indiferencia de muchos ante este tipo de maldad. Es considerado como algo normal y, peor aún, como algo que hay que hacer», añadieron.

El Gobierno rechazó las observaciones de los obispos y a través del portavoz presidencial, Ernesto Abella, aseguró que la campaña contra la droga no ha creado un reino de terror, sino de paz.

«Parece ser que los obispos han perdido el contacto con la realidad de los sentimientos de los creyentes, que apoyan de forma abrumadora los cambios en Filipinas», dijo Abella.

«Los líderes de la Iglesia harían mejor en centrar sus esfuerzos en la catequesis para reforzar la moralidad de los creyentes y contribuir así al reino de paz que siente la ciudadanía por todas partes», añadió el portavoz.

Amnistía Internacional acusó al Gobierno que encabeza Duterte de cometer «crímenes contra la humanidad» en el marco de esta campaña contra las drogas, al asegurar que esta encubre asesinatos a sueldo, falseo de atestados y robos perpetrados por policías.

Este choque con la Iglesia llega justo cuando Duterte daba por terminado el diálogo con la guerrilla comunista del país, al anunciar la retirada del Gobierno de las negociaciones días después de que ambas partes anunciaran el fin del alto al fuego.