La nueva tregua se olvida de Alepo

Laura Fernández Palomo AMÁN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

AMEER ALHALBI | AFP

EE.UU. y Rusia impulsan un alto el fuego parcial para salvar el acordado en febrero, mientras dos centros médicos vuelven a ser objetivo de los bombardeos aéreos

30 abr 2016 . Actualizado a las 10:14 h.

Una nueva tregua pactada por Rusia y EE.UU. intenta salvar el alto el fuego en Siria en vigor desde el 27 de febrero, pero roto por la nueva espiral de violencia. Pero esta vez, las dos potencias, que marcan el tempo de la guerra, solo llegaron al compromiso de un cese de hostilidades en Latakia, bastión de la minoría alauí a la que pertenece Bachar al Asad, y en Gouta, feudo opositor en el extrarradio rural de Damasco. Ninguna mención a Alepo, donde en la última semana han muerto más de 230 civiles y donde ayer fue bombardeado el segundo centro hospitalario en apenas 24 horas. Washington pidió que se incluyera también a Alepo en el alto el fuego, pero «los rusos se negaron», según confesaron fuentes sirias a la agencia France Presse. La respuesta que dieron a Reuters es que «allí hay terroristas que no han parado de atacar la ciudad y a sus vecinos».

El acuerdo de ayer entre Washington y Moscú para contener parcialmente una violencia, en aumento hacia niveles registrados antes de la tregua, entrará en vigor hoy y se mantendrá durante 72 horas en Latakia y 24 horas en Gouta. «Durante este tiempo, todo tipo de actividad militar y el uso de todo tipo de armamento estará prohibido», explicó el director del Centro Ruso para la Reconciliación en Siria, Serguéi Kuralenko.

El deterioro en el campo de batalla ha vuelto a estancar las conversaciones de paz en Ginebra. Pero a nadie se le escapa la pugna entre el Ejército de Damasco y las fuerzas rebeldes por controlar la provincia norteña de Alepo, donde también operan grupos terroristas como el Estado Islámico (EI) y el Frente al Nusra, filial siria de Al Qaida. La conquista de esta estratégica zona es considerada la batalla decisiva para dirimir la victoria de la guerra.

«La situación en Alepo es crítica: es imposible encontrar un solo lugar en toda la ciudad que no haya sido afectado por los ataques aéreos», declaró ayer Médicos Sin Fronteras (MSF) sobre la continuación de la ofensiva que el miércoles destruyó el hospital pediátrico donde operaba, provocando más de 50 víctimas, según un nuevo balance. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió que debía haber «responsables para estos crímenes» y denunció el «monstruoso desprecio» hacia los civiles.

Los bombardeos del dejaron fuera de servicio una clínica del barrio de Al Marya y un centro médico de Bustan al Qasr, que recibió el impacto de cuatro barriles bomba. «Los bombardeos no cesaron durante toda la noche, no pudimos pegar ojo», se lamentó un vecino de barrio de Bustan al Qasr, en declaraciones a la agencia AFP. Por la mañana, prosiguieron y obligaron a suspender la oración del viernes.

El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) siguió sumando víctimas mortales. Al menos once perecieron en distritos opositores de Alepo por ataques aéreos, y otros trece por proyectiles lanzados por facciones islámicas en la zona progubernamental de Bab al Furch.