El kirchnerismo cierra filas con Fernández y planta a Macri

marcela valente BUENOS AIRES / COLPISA

INTERNACIONAL

ENRIQUE MARCARIAN | REUTERS

La presidenta saliente se ausentará del traspaso y se produce un vacío de poder de 12 horas que cubrirá el jefe del Senado

10 dic 2015 . Actualizado a las 16:27 h.

En un giro inaudito, el presidente electo de Argentina, Mauricio Macri, tomará posesión hoy del cargo sin la presencia de la mandataria saliente, Cristina Fernández, que se abstendrá de cederle los atributos del mando por la polémica generada en torno al lugar del traspaso del poder. Cristina, despedida anoche con una manifestación multitudinaria de sus partidarios en la Plaza de Mayo, resolvió no asistir a la ceremonia ante la Asamblea Legislativa donde Macri prevé jurar. Lo decidió después de conocer que su sucesor había acudido a la justicia para dirimir la controversia.

En solidaridad, los diputados del Frente para la Victoria [la agrupación peronista que deja de ser oficialismo pero seguirá ejerciendo como primera minoría] se ausentarán también de la jura de Macri, a quien acusan de «humillar» a su presidenta. El jefe del Estado electo presentó el martes una medida cautelar para que la justicia aclarase cuándo finalizaba el mandato de Cristina Fernández. La Fiscalía respondió que el plazo vencía la medianoche de ayer. La jueza electoral María Servini de Cubría ratificó la lectura del fiscal y añadió que, si bien el mandato de Cristina finalizaba en el último minuto del miércoles, Macri solo toma posesión al jurar ante el Congreso, no antes. La respuesta reconoce un vacío de poder durante las doce horas en las que Cristina Fernández no gobierna y Macri aún no habrá jurado, por lo que confía al flamante presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, esta suerte de presidencia transitoria.

Los enredos en torno a la asunción de Macri comenzaron con la cumbre entre el mandatario recién elegido y su par saliente dos días después del triunfo del dirigente conservador en segunda vuelta por casi tres puntos frente al candidato peronista, Daniel Scioli. Macri dijo entonces que el traspaso de la banda y el bastón presidenciales se haría en el Congreso. Pero luego sus asesores le presentaron otras alternativas, distintas a las que utilizaron Cristina Fernández y antes su esposo, el fallecido Néstor Kirchner.

Desde ese momento, Macri insistió en jurar ante la Asamblea y dirigirse desde allí en un vehículo descapotable hasta la Casa Rosada, sede de la presidencia, donde Cristina Fernández, en un acto menos multitudinario que el del Parlamento, debería entregarle los atributos del poder. El problema era que la presidenta saliente no quería hacerlo de este modo. A través de sus colaboradores, insistió en concentrar las ceremonias en el Congreso. El fin de semana Macri la telefoneó para intentar convencerla y después la mandataria reveló que su sucesor «le gritó y la maltrató».

Aún así, los funcionarios de ambas administraciones siguieron trabajando en busca de un acuerdo, hasta que Macri presentó la acción judicial que dio al traste con cualquier vía de arreglo. Cristina Fernández resolvió ausentarse del Congreso. El titular de la Agencia Federal de Inteligencia, Oscar Parrilli, dijo que ante la intervención judicial «la presidenta no se va a exponer a que la acusen de usurpación de títulos» por asistir a la entrega del poder fuera ya de su mandato. El jefe de los servicios secretos advirtió de que «por 12 horas los argentinos no van a tener autoridad» y añadió que «entre esto y un golpe de Estado hay muy poca diferencia». «Que un juez o un fiscal digan cuándo termina el mandato de un presidente es gravísimo», concluyó.

La cuenta de Twitter

En medio del esperpento, Ferández transformó la hasta ahora cuenta oficial de Twitter en una cuenta personal. El usuario @CasaRosadaAR, con 321.000 seguidores, se llamará ahora Casa Rosada 2003-2015 y será a partir del jueves una cuenta no oficial.

El presidente del Banco Central se rinde y abandona el cargo sin pelea

El presidente del Banco Central de Argentina, Alejandro Vanoli, renunció ayer a su cargo tras semanas de mostrar resistencia a las presiones del presidente electo, Mauricio Macri, que quería que dejara ese puesto. Vanoli, aliado de Kirchner, fue nombrado para un mandato que se extiende hasta el 2019. Para removerlo, el presidente tenía que maniobrar a través del Senado, controlado por el kirchnerismo. El abandono, que le evita a Macri tener que dar una batalla, coincide con el anuncio de que la nueva administración negociará los pagos a los denominados «fondos buitres».