Presión para Obama y aplausos para Putin

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Al Asad resurge de sus cenizas, después de meses acorralado por los insurgentes

18 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El balance de las dos semanas de intervención militar rusa en Siria deja un Vladimir Putin aupado de nuevo al liderazgo internacional -del que Occidente marginó por su intervención en Ucrania- y a Bachar al Asad resurgiendo de sus cenizas, después de meses arrinconado por los insurgentes. En el otro bando, el occidental, Barack Obama está cada vez más presionado para que cambie su estrategia en Oriente Medio, y los países de la UE, tomando cada uno su camino sin forzar un paso común

¿Cuál es el balance para el presidente Al Asad?

No puede ser más positivo. Por fin sus grandes aliados Irán y Rusia se han involucrado directamente en la lucha contra los opositores cuando su Ejército estaba a punto de sucumbir. Con el apoyo de cazas rusos y combatientes iraníes y libaneses de Hezbolá, las tropas del régimen de Bachar al Asad han conseguido acercarse a Alepo, en una batalla crucial para el desarrollo de la guerra. Han logrado conquistar varias zonas del sur de la ciudad y controlar una importante carretera que conecta las ciudades más importantes de Siria. Ayer intentaba hacerse con una base aérea que podría ser utilizada por los cazas rusos, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Además, ya están en marcha ofensivas sobre Hama, Homs y Latakia.

¿Y para Washington?

La intervención rusa ha puesto en solfa la estrategia de EE.UU., que no ha logrado ninguno de sus objetivos. La realidad es que Rusia modifica significativamente el devenir de la guerra y Obama no puede seguir en la misma posición. «Rusia nos sacará de esa duermevela en la que hemos estado un año y en la que creíamos que el tema más importante en Siria era el Estado Islámico, cuando nadie más cree eso», señalaba a la AFP Patrick Skinner, experto del grupo Soufan, formada por de exintegrantes del contraterrorismo. El senador republicano John McCain, que lleva años pidiendo a Obama una mayor implicación en Siria, llamó a crear una zona de exclusión aérea en la que refugiados y rebeldes puedan estar protegidos del régimen. Hillary Clinton apoyó esa idea en el debate con los candidatos demócratas. Las reticencias de Obama se motivan en la falta de un socio creíble. Los rebeldes entrenados por la CIA y sus armas han caído en manos de Al Qaida lo que provocó que está semana cancelará el programa de entrenamiento. El Pentágono insiste que no va a cambiar su estrategia, pero por lo pronto ha rebajado sustancialmente sus operaciones en el saturado cielo sirio. Ayer ambos países lograron un acuerdo para coordinarse en el uso del espacio aéreo y evitar así choques indeseados.

¿Es Vladimir Putin el gran beneficiado?

El jefe del Kremlin asegura la supervivencia de su único aliado en Oriente Medio y su única base naval en el Mediterráneo. Pero además se afianza como actor clave en la región. Europa y Estados Unidos deberán contar con él para un futuro proceso de paz.

El primer ministro, Dimitri Medvédev, aseguró ayer que el objetivo de la operación rusa no es mantener a Bachar al Asad en el poder, sino derrotar al Estado Islámico. Aunque a la vez señaló que «el legítimo presidente es Al Asad». ¿Malabarismo lingüísticos? Seguramente. El futuro de Al Asad está en sus manos y será Moscú quién decida si les sigue siendo útil en la posguerra siria.