La menor afluencia a las protestas da una tregua a Dilma Rousseff

Marcela Valente BUENOS AIRES / COLPISA

INTERNACIONAL

Paulo Fonseca | EFE

Los convocantes reúnen a una cifra menor que la de marchas anteriores

17 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

A pesar de haber sido multitudinarias y muy críticas, las manifestaciones de ayer en las principales ciudades de Brasil podrían dar una tregua a la presidenta Dilma Rousseff. Con una participación menor a la esperada en Brasilia, Río de Janeiro o Belo Horizonte -unas 137.000 personas en total, según la policía, y 225.000 según los organizadores-, y un objetivo más difuso que en anteriores protestas, los brasileños marcharon en nueve estados y en Brasilia pidiendo «Fuera Dilma», pero también criticaron a otros líderes políticos y a la corrupción en general.

Los manifestantes se agolparon en grupos menos numerosos que los que lograron en marzo y abril, cuando movilizaron a dos millones y a 700.000 personas respectivamente en todo el país.

El sábado, la víspera de las protestas, ya se mostraba una menor adhesión en las redes sociales. Una bocanada de aire para una presidenta que consiguió mostrarse menos vulnerable durante la última semana. Su impopularidad bate récords: con más del 70 % rechazo debido a los escándalos de corrupción y al ajuste económico en un contexto de recesión, desempleo e inflación en alza. No obstante, el perfil de los manifestantes es principalmente de sectores medios y altos, con un discurso derechista que, por momentos, equipara al Gobierno con el comunismo.

Dilma recuperó algo de la iniciativa esta semana con el apoyo de su padrino político, Lula da Silva, que se reunió con el presidente del Senado, Renán Calheiros, del PMDB, y consiguió frenar la arremetida que estaba sufriendo la presidenta en el Congreso y que la estaba poniendo al borde del juicio político. La reunión de Lula consiguió aislar a Eduardo Cunha, miembro del PMDB y presidente de la Cámara de Diputados. El PMDB es aliado del gobernante PT en el Congreso, pero a raíz de los casos de corrupción que amenazan al propio Cunha, el diputado rompió con el Gobierno, se victimizó y amenazó con dar curso a las solicitudes de juicio político y rechazar las políticas de ajuste.

Renovación política

Los manifestantes llevaron pancartas y cánticos también contra Lula, Cunha y Calheiros, reclamando una renovación de la clase política en general. A la vez, dieron su respaldo al juez federal Sergio Moro encargado de las investigaciones judiciales por el escándalo de Petrobras. Tanto es así que «Yo soy Moro» fue una de las banderas más repetidas, lo que indica que no hay confianza en alternativas políticas.

Entre los partidos de la oposición, hubo, en general, cautela a la hora de pronunciarse a favor de las protestas. La única excepción fue el PSDB, o más concretamente su presidente, Aécio Neves, que por primera vez participó de una de ellas en Belo Horizonte, capital de Minas Gerais. En cambio, el expresidente Henrique Cardoso, el gobernador de São Paulo, Geraldo Alckmin, y el exministro José Serra optaron por un bajo perfil ante la arremetida de las calles.

¿Quiénes piden la cabeza de la presidenta?

Por tercera vez desde que Dilma Rousseff asumió su segundo mandato como presidenta de Brasil, en enero pasado, grupos de diversa índole han convocado una movilización nacional para pedir su renuncia o impeachment (destitución tras juicio político en el Congreso) ante los casos de corrupción.

Revoltados online

Con más de 900.000 seguidores en Facebook, este grupo indignados ha interpuesto recursos para destituir a Rousseff, a la que acusa de delitos de irresponsabilidad y estafa electoral.

Vem Pra Rua (VPR)

En las anteriores manifestaciones, en marzo y abril, no pedía la destitución de la presidenta, pero ahora se ha adherido al lema «Fuera Dilma». Las redes sociales son su altavoz, con casi 700.000 seguidores en Facebook.

Movimiento Brasil Libre (MBL)

Ante los que sostienen que la defensa de la caída de Rousseff es una suerte de golpe de Estado, uno de sus líderes, Kim Kataguiri, argumenta que en realidad el golpe lo constituye la corrupción generalizada de los Gobiernos del PT. Tiene unas 179.000 personas que los siguen en Facebook.

Partido de la Social Democracia Brasileña

El PSDB, principal partido opositor, apoya por primera vez de manera expresa y contundente los movimientos contrarios a Rousseff y el PT. No obstante, el presidente del partido, Aécio Neves, quien fue derrotado por estrecho margen por Rousseff en las elecciones de octubre, no defiende su destitución sino su renuncia, con lo cual asumiría él la Presidencia, por ser el segundo más votado en las urnas.