El FBI investigará la muerte de un afroamericano desarmado a manos de un policía blanco
INTERNACIONAL
El joven de 19 años fue disparado hasta cuatro veces, después de empotrar su coche contra el escaparate de una tienda y entrar en ella, presuntamente, para robar
09 ago 2015 . Actualizado a las 14:23 h.El FBI ha sido invitado a participar en la investigación sobre la muerte de Christian Taylor, un joven afroamericano que murió a manos de un policía blanco en «un altercado» ocurrido el pasado viernes en Airlington, según ha informado la Policía local.
El jefe de la Policía de Arlington, Will Johnson, ha contado en una rueda de prensa que el «incidente» se produjo a la 1 de la madrugada del sábado (hora local) cuando recibieron un aviso por un robo en el aparcamiento de un concesionario de coches.
Una persona, que posteriormente fue identificada como Taylor, empotró su coche contra el escaparate y entró en la tienda, sin que aún se sepan los motivos que le llevaron a hacerlo, según ha informado la cadena estadounidense NBC.
Dos agentes se trasladaron hasta el lugar de los hechos y entraron en el concesionario para detener al sospechoso. De acuerdo con Johnson, se produjo «una especie de enfrentamiento» en el que uno de los policías, Brad Miller, disparó hasta cuatro veces su pistola, a pesar de que Taylor estaba desarmado. «Aún no tenemos la secuencia exacta de los acontecimientos en estos momentos, pero eso es precisamente lo que los investigadores están tratando de averiguar», ha dicho el jefe policial.
Johnson ha recalcado que «todo lo que rodea a este incidente es una tragedia». «Nuestra comunidad está dolida, nuestro Departamento está dolido y una familia está dolida», ha lamentado.
Taylor, de 19 años de edad, era muy conocido en Arlington porque era uno de los jugadores estrella del equipo de fútbol americano de la universidad local.
Precisamente este domingo se conmemora el primer aniversario de la muerte de Michael Brown, otro joven afroamericano que murió tras recibir varios disparos de un policía blanco, un suceso que ha reavivado el debate racial en Estados Unidos.