Está previsto que en esa cita los ministros del Interior acudan con una cifra del número de solicitantes de asilo que cada uno está dispuesto a reubicar en su país los próximos dos años
18 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.«Si no quieren acoger a estas 40.000 personas, no son dignos de llamarse Europa», espetó indignado el primer ministro italiano, Matteo Renzi, a sus socios europeos en la cumbre del pasado 25 de junio. Algunos países, entre ellos España y Austria, echaron por tierra la posibilidad de poner en marcha un sistema de reparto obligatorio de 40.000 demandantes de asilo que hoy son acogidos por Italia y Grecia. El programa propuesto por Bruselas quería aligerar la presión de los flujos migratorios en estos países de entrada, los principales receptores de migrantes en la UE. La guerra civil en Siria, el régimen de terror en Eritrea y la desestabilización del norte de África son la causa de este fenómeno.
El lunes Europa tendrá una última oportunidad para mostrar la solidaridad que solicitan los socios en primera línea del Mediterráneo. Italia asegura estar desbordada y las tensiones emergen cada vez con más fuerza en su territorio. Está previsto que en esa cita los ministros del Interior acudan con una cifra del número de solicitantes de asilo que cada uno está dispuesto a reubicar en su país los próximos dos años de los 40.000 que hoy son atendidos en Italia y Grecia. Una vez que el mecanismo de reparto esté claro, la UE podría iniciar el proceso de reubicación en septiembre.
Menos problemático será el reasentamiento de 20.000 nuevos refugiados procedentes de Siria, Eritrea e Irak. Al margen de cómo se logre articular finalmente el reparto, todos los socios buscarán una fórmula para que Italia y Grecia gestionen bien los centros de identificación y control de migrantes de forma que se corte el flujo hacia el oeste y el norte de Europa.