Quiere competir con Estados Unidos por el control de los mares
27 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.China no está dispuesta a ceder ni un ápice en su empeño por dominar los mares del sur y del este, afianzándose como una gran potencia marítima, y con ese objetivo ha reenfocado su estrategia militar. En medio de las tensiones regionales a cuenta de las islas en disputa con sus vecinos, el régimen de Pekín hizo público un documento, conocido como «libro blanco», según el cual la prioridad del Ejército Popular de Liberación (EPL) ya no será solamente velar por sus costas, sino que a partir de ahora también defenderá las aguas abiertas.
«China no atacará a menos que sea atacada pero contraatacará en caso de que sea agredida», puntualiza el documento siguiendo el principio de «defensa activa» en las cuatro áreas de mayor importancia: el océano, el espacio, el ciberespacio y las armas nucleares. En la rueda de prensa de presentación de esta guía estratégica militar, la novena desde 1998, el coronel Wang Jin explicó que ese giro en su táctica defensiva es necesario para adaptarse a los nuevos tiempos: «China se enfrenta a amenazas y complejos desafíos en su seguridad marítima y requiere una Marina capaz de desarrollar misiones multifacéticas y proteger su soberanía».
Ese relativamente nuevo interés por consolidar su poderío más allá de sus costas, inexistente en la época de Mao, llevó a China a construir islas artificiales en el archipiélago de Spratly, cuya soberanía reclaman Filipinas y Vietnam. Esas construcciones, a las que se unirán dos faros de 50 metros de alto, según anunció la agencia oficial de noticias Xinhua, han elevado la tensión con Estados Unidos, aliado de los países con los que Pekín se disputa territorios, entre ellos Japón.
Washington considera que estas construcciones y la abundante presencia de patrullas aumentan el riesgo de pequeños encontronazos que puedan derivar en un conflicto. Pekín elevó una queja después de que la semana pasada un avión militar estadounidense, al que la Marina china le advirtió que abandonara la zona hasta en ocho ocasiones, sobrevolara esas islas. «Se trata de un viejo truco», afirmó el también coronel Yang Yujun, en referencia velada a EE.UU., y añadió que «existe la posibilidad de que otro país quiera buscar excusas para justificar sus acciones futuras».
Pese a ese aumento de las tensiones territoriales, la mayoría de los expertos consideran poco probable que se desencadene un conflicto armado. «Existen pocas posibilidades», afirma a Efe la experta Zhang Jie, analista de la Academia de Estudios Sociales de China. «Si leemos bien las palabras de la parte estadounidense y del Ministerio de Defensa chino, podemos ver que hasta ahora no se ha cruzado ninguna línea roja», añade.