Las cuentas pendientes del chavismo con Obama

julio Á. Fariñas REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

17 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo que no consiguió Chávez en 14 años, a base de insultos cada vez más gruesos, lo logró Maduro en menos de dos: el presidente de los EE.UU. acaba de darle al Gobierno bolivariano el estatus oficial de enemigo de la primera potencia mundial. De momento, la declaración de emergencia de Obama solo contempla la prohibición de entrada y la congelación de los bienes en EE.UU. de siete altos cargos venezolanos implicados en la represión de opositores y estudiantes sin el más elemental respeto a los derechos humanos.

Pero esta pudiera ser solo la coartada para un ajuste de cuentas más a fondo, unas recientes y otras no tanto, que tienen que ver con el papel de la Venezuela chavista en el tráfico de cocaína y sus relaciones con regímenes tan poco afines a EE.UU. como Irán o grupos clasificados como terroristas, como las FARC.

Solo en el ultimo lustro, en materia de narcotráfico son varias las cuentas pendientes. La primera, el caso Makled, un colombino de origen libanés clasificado como uno de los tres capos más importantes del mundo, cuya extradición Chávez le hurtó a Obama. Makled acaba de ser condenado en Venezuela. Pero lo fue a una pena tan ridícula que Maduro se vio en la necesidad de mandar detener al juez que lo sentenció, chavista confeso, para guardar las apariencias.

La segunda, la de Hugo Carvajal, el Pollo, un general en la reserva detenido el año pasado en Aruba, a instancias de EE.UU., por sus vinculaciones con el narcotráfico y las FARC -estaba en la lista negra de Clinton desde el 2008- que fue liberado a las pocas horas, tras las advertencias de Venezuela sobre las consecuencias para los astilleros holandeses, que tenían encargos de Caracas por importe superior a los 500 millones de dólares.

Más reciente, está la deserción de Leamsy Salazar, el exjefe de seguridad de Diosdado Cabello, quien habría aportado a la DEA pruebas de la vinculación del presidente de la Asamblea Nacional con el cartel de los Soles (generales). Salazar reside desde enero en EE.UU. con el estatus de testigo protegido. Antes que él ya han logrado esa misma condición otros significados gerifaltes chavistas, como el exmagistrado del Tribunal Supremo Eladio Aponte, que se fugó del país en el 2012 vía Costa Rica.

A todo ello se suma la recientísima intervención de un banco andorrano, a instancias de Washington que habría blanqueado al menos 2.000 millones de dólares de venezolanos.

Ya dentro de los negocios legales, si las cosas se pusieran muy feas, las escuálidas finanzas de Maduro también se puede ver privadas de unos ingresos de 35 millones de dólares diarios del petróleo que exporta Venezuela a un país, EE.UU., que va camino de la autosuficiencia energética.

Este panorama puede explicar el nerviosismo de la cúpula chavista tras la decisión de Obama, máxime en un momento en que los intereses de La Habana, su principal referente geopolítico, caminan por otros derroteros.

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