Miles de policías dan la espalda a De Blasio en el funeral por un agente asesinado

Victoria Toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Unos 25.000 uniformados asistieron al oficio, junto al vicepresidente Biden

28 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La ciudad de Nueva York estaban pendiente de lo que iba a suceder en el funeral de Rafael Ramos, el agente asesinado el día 20 junto a su compañero Wenjian Liu por un hombre que decía querer vengar las muertes de afroamericanos a manos de las fuerzas del orden.

La tensión entre el alcalde Bill de Blasio y el Departamento de Policía era más que palpable. Las cosas parecieron calmarse un poco el viernes cuando De Blasio visitó la capilla ardiente de Ramos. No fue acogido con alegría, pero tampoco hubo un desaire. Ayer, el alcalde llegó acompañado de su mujer a la iglesia protestante Christ Tabernacle, en el distrito de Queens, media hora antes del comienzo del funeral, probablemente para evitar las críticas de los 25.000 agentes llegados de todo el país que asistían al oficio religioso.

La inmensa mayoría de ellos siguió el oficio en pantallas de televisión instaladas en el exterior. Habló el vicepresidente Joe Biden y los agentes aplaudieron calurosamente sus palabras de duelo. Habló después el jefe de la policía de Nueva York que también fue aplaudido. Pero cuando De Blasio subió al estrado, la mayoría de los 25.000 policías se giraron y dieron la espalda al hombre que se dirigía a ellos desde las pantallas. Y no solo eso, el respetuoso silencio que habían mantenido hasta entonces se rompió y comenzaron a charlar entre ellos mientras hablaba De Blasio.

Los policías protestaban de esa forma contra el alcalde al que acusan de socavar el respeto de los ciudadanos hacia la policía con sus acciones y sus declaraciones. Tras lo que ocurrió ayer la guerra entre el departamento, formado por 35.000 agentes, y el alcalde parece muy difícil de resolver. La policía está echando un auténtico pulso a De Blasio para impedir que aplique la política de seguridad que prometió en su campaña y que pasa por acabar con el acoso policial a los grupos minoritarios. Un acoso que ha recibido innumerables críticas desde la izquierda, organizaciones de defensa de las libertades civiles y asociaciones afroamericanas e hispanas, pero que cuenta con el beneplácito de los republicanos.