Los islamistas se quedan en minoría

Miguel A. Murado

INTERNACIONAL

07 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Una de las disposiciones más pintorescas del borrador constitucional que ha encendido el conflicto en Egipto otorga a los doctores de la Universidad de Al Azhar la potestad de interpretar la ley islámica. Ayer esos doctores le pedían al presidente Mursi que retirase sus polémicos decretos y le conminaban a negociar con la oposición. Cada vez más solo, y de nuevo dependiente del Ejército, si el presidente insiste en seguir adelante con el referendo constitucional, el riesgo de enfrentamiento civil es algo muy real. Pero cabe la posibilidad de que no tenga más remedio que rectificar, porque poco a poco, la dinámica política va poniendo a cada uno en su sitio. Los Hermanos Musulmanes fueron una fuerza esencial para derrocar a Mubarak pero se ve que por sí solos no son la mayoría. Los salafistas no les sirven de aliados. Aunque presentados a menudo simplemente como una versión más radical de la misma ideología, sus diferencias son irreconciliables, como puede verse en Túnez.

Por el contrario, los grupos laicos, que contra Mubarak eran minoría, se convierten en mayoría cuando se trata de ir contra el Gobierno de Mursi, en gran parte porque ahora reciben el apoyo de los felul, los antiguos seguidores de Mubarak. Algunos lo ven inquietud, pero lo cierto es que se trata de algo positivo, puesto que era importante reintegrarlos al proceso político. Con ellos la fuerza del campo laico es considerable, como pudo verse en las pasadas elecciones presidenciales, que Mursi ganó por muy poco. La cuestión ahora es si la oposición sabrá administrar esta fuerza. Esperar que Mursi retire el borrador y convoque una nueva asamblea constituyente, como pedían ayer, no es realista. Sería posible, en cambio, derrotar la nueva Constitución en el referendo. Pero si la violencia aumenta (lo veremos hoy) será difícil convencer a muchos de los grupos de oposición para que no llamen a un boicot, lo que garantizaría que saldría «sí». La falta de un líder, se paga cara.

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