El papa llega a una Cuba dividida

mercedes lodeiro REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Alejandro Ernesto / Efe

Cientos de exiliados viajan a la isla mientras el Gobierno limpia las calles de disidentes y mendigos

27 mar 2012 . Actualizado a las 07:02 h.

Procedente de México, el papa Benedicto XVI llegó ayer Cuba, donde, según la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, fueron detenidos al menos 150 disidentes para evitar que protagonizasen una protesta en su presencia. Así lo manifestó el líder de la citada Comisión, Elizardo Sánchez, quien hace unos días ya relató a La Voz que el Gobierno cubano estaba cortando líneas telefónicas de opositores y Damas de Blanco, además de protagonizar un aumento de la represión en la isla.

En este sentido, ayer no tenían operativos sus teléfonos ni el propio Elizardo Sánchez ni Berta Soler (líder de las Damas de Blanco). Tampoco, Vladimir Calderón (del Partido Republicano y quien hace unos días protagonizó un encierro en una iglesia de La Habana para hacer oír la voz de la oposición con motivo de la visita del papa), ni, entre otros, el expreso José Daniel Ferrer (Unión Patriótica), residente en Santiago de Cuba, localidad a la que ayer llegó Benedicto XVI.

También en Santiago de Cuba y en La Habana, denuncia Sánchez, alrededor de cien mendigos fueron confinados en un centro «para que no los vean los extranjeros».

Por el contrario, según informa Efe, 306 peregrinos partieron ayer del aeropuerto de Miami (EE.UU.) rumbo a Santiago de Cuba para participar en los actos de la visita del papa a la isla, de donde muchos salieron hace décadas huyendo del régimen castrista.

«Esta era la primera oportunidad de poder viajar a Cuba. Hace 52 años que dejé la isla», explicó a Efe Gisela Feil minutos antes de embarcar en uno de los dos vuelos fletados por los responsables de la Archidiócesis de Miami.

Otra cubana, Atenea Estévez, de 83 años, que salió de su país hace 50, comentó que ha estado esperando el regreso todo este tiempo. Cree que no podrá «parar de llorar» porque tiene familia en La Habana que hace 50 años que no ve. «Tengo primos que ni conozco, están todos esperándonos. Los voy a ver solo un día; será el día del milagro», explicó.

Además de cubanos o descendientes de cubanos, el grupo de peregrinos está integrado por estadounidenses católicos.

El plano político

Pese a que la Iglesia católica y el Gobierno cubano subrayan el carácter pastoral de la visita papal, el viaje de Ratzinger se ha convertido en un acontecimiento especial en el plano político.

Mientras el Gobierno de Raúl Castro, quien ayer lo recibió en el aeropuerto de Santiago de Cuba, espera que el papa critique otra vez el embargo de Estados Unidos, el exilio anticastrista y la oposición interna, que fue vetada a actos religiosos y a encuentros con el papa, le exigen que aborde la situación de los derechos humanos en la isla, informa DPA.

Quien con toda probabilidad tenga un encuentro con Benedicto XVI será Fidel Castro, para quien estará «disponible», anunció el Vaticano. El que no está confirmado, aunque algunos medios lo dan por seguro, es con el presidente venezolano, Hugo Chávez, tratado de un cáncer en la isla.

Ayer, el papa celebró una misa pública en Santiago de Cuba antes de retirarse al santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, para pasar la noche. Tras visitar hoy el santuario, volará hacia La Habana.