Israel castiga el ingreso palestino en la Unesco ampliando colonias

Ánxela iglesias JERUSALÉN / SERVICIO ESPECIAL

INTERNACIONAL

La ANP pedirá ahora adherirse a otras dieciséis agencias de la ONU

02 nov 2011 . Actualizado a las 20:56 h.

Represalias frente a diplomacia. Israel decidió ayer acelerar la expansión de asentamientos en territorio ocupado y congelar la transferencia de recaudaciones a los palestinos en respuesta directa a su admisión en la Unesco. La Autoridad Nacional Palestina (ANP) continuará su estrategia con la solicitud de ingreso en otros dieciséis organismos de la ONU.

La irritación israelí ante la ofensiva diplomática de los palestinos, que por primera vez en mucho tiempo toman la iniciativa en el plano internacional, llegó en forma de una batería de castigos un día después de que una abrumadora mayoría de países aceptaran su entrada en la Unesco.

La construcción de dos mil viviendas en asentamientos de Jerusalén este y Cisjordania se acelerará, según comunicó anoche la oficina del primer ministro, Benjamin Netanyahu. Se retendrán además las tasas fiscales que los israelíes deberían transferir a los palestinos, unos 60 millones de euros que la ANP necesita para pagar los salarios de sus funcionarios a pocos días de las vacaciones de Eid, una de las principales fiestas musulmanas.

La lista de sanciones podría continuar con la imposición de nuevos obstáculos para que los representantes de la ANP puedan cruzar puestos de control militar israelíes, los checkpoints que inundan toda Cisjordania. Y también con impedimentos para la propia Unesco, la agencia de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura, cuyos representantes podrían ver vetadas las visitas a Israel.

Una reacción que bien podría calificarse de desproporcionada y que no parece que vaya a frenar a los palestinos, que aspiran ahora a rentabilizar el apoyo de la comunidad internacional con su solicitud de entrada en otras agencias, entre ellas la Organización Mundial de la Salud. Sus representantes saben que se sientan así precedentes. Y que estos influirán en la votación del Consejo de Seguridad a la ONU a la petición de que Palestina sea reconocida como Estado de pleno derecho.

Allí se enfrentarán al veto de Estados Unidos, un país que parece abandonar su pretendido papel de mediación para colocarse sin ambages del lado de Israel, como demostró el lunes con la suspensión de donaciones a la Unesco. «Si Washington asegura ser favorable a una solución de dos Estados, ¿por qué no quieren admitirnos?», se preguntaba ayer el jefe negociador palestino, Saeb Erekat.