El segundo de Scotland Yard también se va por el escándalo de las escuchas

imanol allende LONDRES / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Aparece muerto el primer periodista que denunció el espionaje del grupo Murdoch

19 jul 2011 . Actualizado a las 09:35 h.

A las pocas horas de que el jefe de Scotland Yard, sir Paul Stephenson, anunciara la dimisión de su cargo como consecuencia de la incontrolable e impredecible crisis que comenzó con el escándalo de las escuchas telefónicas del News of the World era inevitable que su número dos, John Yates, también abandonara su cargo. Al anuncio de su dimisión ayer se unía la decisión del primer ministro, David Cameron, de convocar una reunión extraordinaria del Parlamento para tratar la crisis que amenaza la estabilidad de su propio Gobierno.

La dimisión de Yates está relacionada con la de su jefe, sir Paul, y con la de Neil Wallis, antiguo subdirector del News. Wallis empezó a colaborar con el dominical en el 2003, al lado del entonces director, Andy Coulson. Fue nombrado director ejecutivo en el 2007, hasta que en octubre del 2009 abandonó el grupo News International (NI) para pasar a ser el asesor de sir Paul y de su asistente, Yates, hasta septiembre del 2010, tiempo en el que Scotland Yard indicó que no había necesidad de investigar las escuchas telefónicas, a pesar de contar con 11.000 páginas de pruebas. Existe la sospecha de que pasaba información policial a su antiguo periódico. El pasado martes, cuando Yates compareció ante un comité parlamentario, admitió que solo tardó ocho horas en decidir que no valía la pena seguir investigando.

La dimisión de sir Paul llegaba acompañada de más presión sobre Cameron por sus relaciones con NI y, en especial, con Coulson. «El primer ministro se ha comprometido peligrosamente por su estrecha relación con Coulson», indicó sir Paul, quien lanzó otra puntilla contra Cameron: «A diferencia de Coulson, Wallis no dimitió de News of the World por estar asociado a las escuchas ilegales».

Cameron, que interrumpió ayer su gira por Sudáfrica para volver de inmediato a Londres, pidió al Parlamento que retrase un día su cierre por vacaciones y convoque mañana un pleno en los Comunes. A Cameron le quita el sueño lo que hoy puedan testificar ante un comité parlamentario el propio Murdoch, su hijo James y la directiva de su grupo editorial, Rebekah Brooks, actualmente en libertad bajo fianza.

Por otro lado, en un episodio inesperado, la policía informó que el periodista Sean Hoare, quien trabajó con Coulson y fue el primero en denunciar las escuchas, fue hallado muerto en su casa. En principio, la policía no vincula su muerte con el caso. Hoare siempre mantuvo que Coulson conocía las escuchas telefónicas que practicaban algunos de los periodistas de los diarios de Murdoch.