Berlusconi, al banquillo por abuso de poder y prostitución de menores

maría signo ROMA / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

El juicio será rápido y se abrirá el 6 de abril, al estar acreditadas las argumentaciones

16 feb 2011 . Actualizado a las 15:39 h.

La noticia del juicio a Silvio Berlusconi, acusado de abuso de poder e incitación a la prostitución de menores, causó ayer conmoción en Italia. Esta es la primera vez que un jefe de Gobierno democrático es acusado de estos delitos y se espera con gran expectación el próximo 6 de abril, cuando Il Cavaliere tenga que sentarse en el banquillo de los acusados. La jueza Cristina di Censo, para quien hay pruebas evidentes de los delitos, declaró como partes damnificadas al Ministerio de Interior, a Ruby, la menor que acudió a sus fiestas, y a los funcionarios de la comisaría de Milán que recibieron la llamada del jefe del Gobierno el 27 de mayo para excarcelarla. Berlusconi recibió la noticia mientras visitaba un centro de acogida para inmigrantes en Sicilia. Sin hacer declaraciones, abandonó la isla para trasladarse a Roma, donde se reunió con sus abogados. Lo único que ha hecho saber es que no piensa dimitir y que solo pueden juzgarlo los votantes. El presidente del Gobierno se enfrenta a un juicio rápido que solicitan los fiscales cuando la prueba acusatoria se considera evidente. Los delitos de abuso de poder y prostitución de menores corren a cargo de un tribunal colegiado. El acusado puede solicitar el juicio abreviado a cambio de una reducción de la pena, pero esto supone la admisión de la culpa. Es difícil de establecer cuánto puede durar el juicio, ya que en el sistema judicial italiano la defensa puede solicitar una serie de excepciones, entre ellas la relativa a la competencia del tribunal. Berlusconi se enfrenta a penas que van de 4 a 12 años por el abuso de poder, y de 6 meses a 3 años por la prostitución de menores. Su defensa jugará de nuevo la carta de la competencia del tribunal. Intentará ser juzgado por el tribunal de ministros que el Parlamento, donde tiene mayoría, tiene que autorizar. La oposición cree que así el juicio nunca se celebraría. Solo el presidente Giorgio Napolitano, viendo la gravedad de la situación, podría disolver el Parlamento y adelantar las elecciones, previstas para el 2013.