«Es normal que la gente no esté satisfecha con la reconstrucción»

M. L. REDACCIÓN/LA VOZ.

INTERNACIONAL

Seitenfus dice que para levantar el país es necesario ?trabajar con un presidente electo, y no provisorio, y que esté a la altura

27 jun 2010 . Actualizado a las 02:19 h.

La misión del enviado especial de la Organización de Estados Americanos (OEA) para Haití, Ricardo Seitenfus, es ayudar en la preparación de las próximas elecciones parlamentarias en el país caribeño, aunque el organismo al que pertenece también colabora en la recuperación del Registro Civil y en materia de derechos humanos desde hace décadas.

-Hillary Clinton habló de más de 10.000 oenegés en Haití y usted habló del peligro de «oenegización» del país.

-René Préval [presidente de Haití] se quejó el jueves de la falta de cooperación de las oenegés y dijo que pueden hacer más. Por ejemplo es necesaria una coordinación internacional para limpiar de Puerto Príncipe 17 millones de metros cúbicos de escombros para que se pueda construir. El Estado no dispone de medios. La próxima semana se reunirán con los donantes y oenegés para coordinarlo. Es una queja de Préval para tomar un rumbo mejor y que trabajen coordinadamente con el Estado haitiano como prometieron en marzo en Nueva York.

-¿Quiere decir que las oenegés van por libre?

-Van por libre y tienen medios humanos, técnicos y financieros para hacer más cosas.

-Pero también en este caso fallaron las instituciones

-No se puede reconstruir Haití sin reconstruir las instituciones, si no, no vamos a ningún lugar que no sea del pasado. Por eso es necesario cambiar la filosofía de la cooperación. El problema de Haití pertenece a los haitianos y ser solidario no es sustituir, es cooperar con alguien que debe ser oído.

-Pero hay oenegés serias.

-Sí, y tienen muchos medios porque recogen mucho dinero, pero es necesario coordinarlo, y el Gobierno es democráticamente electo, legítimo y representa los intereses del pueblo.

-Haití era un país sin Estado.

-Antes del terremoto íbamos a una normalización política, pero desde el 12 de enero hay muchos desafíos. El principio fundamental es que pertenece a los haitianos y nada puede ser hecho sin su liderazgo. Si las organizaciones no entienden esto, caminamos por mal camino.

-¿Cuándo se celebrarán las esperadas presidenciales?

-Precisamente el jueves estuve reunido con el presidente René Préval y con la comunidad internacional y se convocarán con las elecciones parlamentarias para el 28 de noviembre. Las municipales, en principio, serán el 5 de febrero.

-¿Esto acallará las protestas sobre una posible prórroga del mandato de René Préval?

-No hay prórroga de mandato. La OEA no apoya las protestas, apoyamos el Estado de derecho. El presidente fue elegido democráticamente y debe llegar al final del mandato. No podemos defender en Haití lo que condenamos en otra parte. Pero es normal que la gente no esté satisfecha con los trabajos de reconstrucción y de limpieza de la ciudad.

-¿Creen que estarán en condiciones de celebrar los comicios, con las infraestructuras destruidas y la población sin documentos?

-Hay dos problemas. Uno es técnico, hay que hacer la tarjeta de identidad de quienes la perdieron y la de los nuevos electores. Se recuperaron los datos del Registro Civil, pero hay que actualizarlo con los desaparecidos y con los cambios de residencia de los desplazados. El otro problema es político, que los partidos presenten buenos candidatos con discursos y propuestas que respondan a las demandas de los electores. En Haití el voto no es obligatorio, pero es necesario que la gente se sienta contemplada. Ese es el gran reto. En las elecciones parciales parlamentarias del año pasado participó un 10 por ciento y, aunque la asistencia acostumbra a ser muy baja, en las presidenciales suele ser más elevada.

-¿Es más importante que nunca que se acuda a votar?

-Tenemos que pedirle al pueblo que vaya a las elecciones. Necesitamos trabajar con un presidente electo y no provisorio que no esté a la altura de los desafíos. Para nosotros es importante la normalidad constitucional en Haití.