Más cadáveres sobre las espaldas de Gadafi

INTERNACIONAL

01 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Con la llegada del mes de abril, se ha abierto en el Mediterráneo la temporada de las travesías de barcazas inhumanas cargadas de seres que buscan mejorar su vida. Y lo hacen pagando un elevado precio, tan alto que a veces entregan en el intento su propia vida.

Con más de 1.700 kilómetros de frontera marítima, Libia se ha convertido en un país de destino y de tránsito de inmigrantes indocumentados procedentes del este y del sur de África que aspiran a llegar a Europa.

Ante el refuerzo de los controles en el estrecho de Gibraltar y en el oeste del Magreb, y a la política de diálogo de España con países africanos para efectuar vigilancias en las costas exportadoras, este lamentable tráfico se ha desplazado hacia las playas libias.

Desde ellas, no son solo libios los que se apuntan al mercadeo humano, los hay de muchos otros países. Por eso, el coronel Gadafi tiene mucho que decir, porque es por el territorio que él controla por donde las mafias conducen a los sin papeles para llevarlos de la orilla africana a la europea.

Queda un mes para que las patrullas con italianos empiecen a vigilar las aguas libias, en una operación más que nada disuasoria.

España, experta en estas lides, tiene convenios con Marruecos, Mali, Mauritania, Senegal, Gambia y Guinea-Bissau. Pero mientras no se invierta en educación, sanidad y puestos de trabajo en origen, el sueño europeo seguirá presente. Y es triste, pero la temporada se cierra allá por octubre, y todavía podremos ver más sueños rotos dramáticamente.