Gadafi combina jaima e Internet

Fernando Heller

INTERNACIONAL

09 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

La ardua transición desde la cultura beduina del desierto hasta los modernos espacios cibernéticos no parece difícil de transitar para el líder libio, Muamar el Gadafi, quien en la cumbre UE-África en Lisboa volvió a exhibir sus dotes naturales para el espectáculo político, próximo al show de la industria del cine de Hollywood.

¡Llega Gadafi! Es la exclamación unánime en la sala de prensa. Y cuando se deletrea G-a-d-a-f-i casi se paran las rotativas. Y es que el líder libio, a quien Occidente y en especial Estados Unidos, consideraba hasta hace poco uno de los «satanes» a erradicar del globo, especialmente tras el atentado terrorista contra un avión de la Pan-Am sobre la localidad escocesa de Lockerbie, en 1988 (con cerca de 200 muertos), se ha reconvertido al pacifismo real y virtual.

Además de hacer gala de sus excentricidades y de residir durante la cumbre en una jaima, la tienda tradicional del desierto, en el fuerte de Sao Juliao de Barra, cerca de Lisboa, Gadafi se ha permitido comprar varios espacios de publicidad en la prensa portuguesa para promocionar su página de Internet y el mensaje de paz y amistad del nuevo «apóstol del desierto».

Desde su jaima electrónica (www.algathafi.org), el líder libio preconiza la paz, el amor y la caridad mundiales. Gadafi prefiere ser la «estrella» del mundo pacífico de las pasarelas políticas antes que el «malo de la película» condenado por Washington, no cabe duda. Desde que la Casa Blanca le quitó el sambenito de diablo, él no ha dejado de hacer autopromoción.

Muestra de ello es el boato que envolvió su llegada. Su séquito son más de 200 personas. El día anterior, el jueves, fue sacrificado un cordero, como marca la tradición árabe, para hacerle los honores.

Tocado con vestimenta tradicional beduina, cuidada barba de tres días y gafas de sol estilo Armani, Gadafi aparece ante el resto de sus homólogos africanos como la nota discordante, el iconoclasta que rompe moldes y deja atrás su currículo de perverso, pasando de diablo a santo. «Es preciso apoyar mi llamamiento mundial para erradicar las armas», dice Gadafi en su mensaje virtual.