Irán exprime la «sharia» para acabar con los criminales

Ivannia Salazar

INTERNACIONAL

Más de 120 personas han sido ejecutadas en lo que va de año

04 ago 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

redacción | Enormes grúas en las plazas, dispuestas para ahorcamientos públicos y parte de la multitud fotografiando el espectáculo, es la imagen del plan de seguridad con el que el Gobierno iraní pretende «limpiar las ciudades de los criminales y de los malvados».

En lo que va de 2007, más de 120 ejecuciones se han llevado a cabo en el país islámico. Solo el 21 de julio fueron ejecutadas públicamente 12 personas, y el pasado miércoles, otras cinco. Fueron acusadas de adulterio, violación y homosexualidad, según informó el portavoz del Poder Judicial, Ali Reza Yamshidi. La violación, el robo a mano armada, la infidelidad, las ofensas a Dios y el tráfico de drogas son algunos de los delitos castigados con la muerte en este país regido por la sharia.

La sharia es el derecho musulmán clásico, «un corpus de reglas jurídicas que trata de todos los problemas de la vida en sociedad y que puede ser convertido en ley por el Estado», explica Antoni Segura, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Barcelona.

El principal método de ejecución es la horca con grúas, ya que así pueden exponer mejor los cadáveres. «La implementación de la justicia equivale a mejorar la seguridad», decía un cartel sobre los cuerpos de los ajusticiados el miércoles. La lapidación es el otro método utilizado, y en el Código Penal se especifica hasta el tamaño de las piedras: «Ni tan grandes como para morir de una o dos pedradas, ni tan pequeñas que no puedan considerarse piedras».

Irán es uno de los dos países del mundo, junto a Pakistán, que ejecutan a quienes cometieron delitos cuando eran menores de edad, aún estando protegidos por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y la Convención de derechos del niño.

Además, el sistema judicial presenta graves deficiencias, como la falta de acceso a la asistencia de un letrado, malos tratos durante la prisión preventiva o el encarcelamiento de abogados defensores. Esto hace que muchas condenas sean injustas.

Reacciones

Diferentes grupos de derechos humanos de dentro y de fuera de Irán condenan estas ejecuciones. Silvia Jaén, secretaria general de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales, afirma que «se están violando los derechos humanos más elementales». La federación envió una carta al Gobierno español expresándole su preocupación por la pasividad ante estas prácticas y pidiéndole que España lidere una condena por parte de la Unión Europea.

Por su parte, María Del Pozo, responsable del área de pena de muerte de Amnistía Internacional, señaló que «Irán es uno de los grandes verdugos en el mundo y además guarda silencio sobre el número de ejecuciones y los nombres de los condenados», y agregó que «es un país en el que hay mucho trabajo por hacer. Incluso, en contra de lo que se cree, muchos de sus habitantes se oponen a estas prácticas».

Según explicó, aunque el objetivo final de sus esfuerzos es la abolición de la pena de muerte, al menos se pretende que Irán prohíba «el terrible método de la lapidación y la ejecución de menores», comentó.

En el mundo hay 90 países que mantienen la pena de muerte. Más del 80% de las ejecuciones se producen en China, Irán, Vietnam y Estados Unidos.