Lavagna pide perdón al Fondo Monetario al incumplir uno de los puntos acordados
24 may 2003 . Actualizado a las 07:00 h.Hoy los argentinos vivirán un día muy especial, Néstor Kirchner, el cuarto presidente elegido por sufragio popular desde el regreso a la democracia, asumirá el poder, aunque no sin generar varios conflictos internos y externos. Mientras Eduardo Duhalde eligió que su última actividad como presidente saliente sea inédita, para lo que organizó una comida junto a Fidel Castro, Hugo Chávez, Lula da Silva y los otros nueve jefes de Estado latinoamericanos presentes, además del Príncipe de Asturias. Pedir perdón Antes de asumir el poder, Kirchner hizo pública una decisión que obligó a su ministro de Economía, Roberto Lavagna, a pedir perdón al Fondo Monetario Internacional (FMI) por no vetar la suspensión de las ejecuciones hipotecarias, una ley que permite a los bancos rematar las propiedades de sus deudores. «En estos casos de incumplimiento corresponde pedir un waiver (perdón). Ahora el FMI sabrá si lo otorga o no», tuvo que admitir Lavagna. Reconoció que, al no vetarse la suspensión de los remates, «se incumplió» una de las metas acordadas con el Fondo en enero pasado para aplazar los pagos del vencimiento de la deuda externa. «Tal vez el FMI crea que eso es un mal antecedente para el cumplimiento de pautas futuras», se quejó Lavagna. En el política interior, otra decisión de Kirchner ha generado un sismo en la Fuerzas Armadas. El que partir de hoy será el nuevo presidente quiere que los mandos de las tres fuerzas, Ejército, Armada y Aeronáutica, queden en manos del general de brigada, Roberto Fernando; el contralmirante Jorge Omar Godoy y el brigadier Carlos Alberto Rohde. Los tres coincidieron con él en la Patagonia. Pero, esto significarán el retiro del 75% del actual generalato, el 50% del almirantazgo y el 50% de los brigadieres, por lo que se pondría en marcha la más profunda purga desde 1983. Kirchner quiere hacer notar su poder ante un ejército devaluado y sin peso político alguno.