El Celta se encontrará a un Valencia sumido en una grave crisis y con jugadores desconectados, pero heridos en su amor propio
19 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El Valencia es el camarote de los Hermanos Marx, un polvorín naranja a punto de estallar, pero la situación no es nueva aunque esta semana el ruido de sables haya sido mayor. El Celta se encontrará mañana a un rival sumido en una grave crisis institucional, con jugadores desconectados y con tan solo tres puntos por encima del descenso, pero al mismo tiempo, el Valencia será una bestia herida después de la deplorable imagen ofrecida ante el Real Madrid. Esa será la principal amenaza para un conjunto vigués sin Iago Aspas.
Esta semana ha trascendido una reunión telemática de la propiedad del Valencia con los capitanes vía Zoom desde Singapur e incluso un vídeo difundido por el club sobre el entrenamiento del miércoles deja en mal lugar a Gonzalo Guedes, pero la locura en la institución del murciélago viene de muy atrás.
Nadie se salva. El primero, Peter Lim, que después de comprar el club lo ha ido desnudando de activos y adelgazando la plantilla (deportiva y no deportiva) en todo lo posible, y a quien no le han sentado nada bien las críticas de la prensa internacional sobre su gestión (hasta el New York Times escribió del asunto). Lim, cuya última visita coincidió con el título de la final de Copa en el 2019, delegó en Anil Murhpy, presidente profesional, que cobra un millón de euros.
El pasado verano, el conjunto ché vendió todo lo que pudo, no fichó nadie y la dirección no admitió la dimisión de Javi Gracia, a quien le solicitaban tres millones por rescindir el contrato, por eso se quedó.
El vacío de poder es tal, que todo pasa por los pesos pesados del plantel: Gayá, Soler y Paulista son el núcleo duro de un vestuario fragmentado y los que marcan el camino de un conjunto que de repente valora el descenso como un peligro real, por eso llegaron tres refuerzos, todos ellos cedidos, en el mercado invernal.
Gracia le dio el martes día libre a la plantilla en medio de la tormenta y la dirección del club recibió la orden de dar un toque de atención después de lo sucedido el domingo en Valdebebas. Ese día se llevó a cabo una reunión con los capitanes y los embajadores Ricardo Arias, Bossio y Tendillo para pedir compromiso. De un modo paralelo, el club difundió un vídeo del entrenamiento en donde todo el mundo hacía un ejercicio requerido por el staff técnico menos Gonzalo Guedes, el fichaje más caro de la historia del club (40 millones más 10 en variables) y a quien se señala como uno de los culpables del desastre. El luso, con 300 millones de cláusula, debería ser el principal activo para poder hacer frente a los 26 millones que el club tiene previstos de pérdidas, pero con su rendimiento la venta se antoja un imposible. Tampoco Maxi vive sus mejores días en Valencia pese a los goles. En la ciudad del Turia creen que está decidido a forzar un cambio de aires.
Tanta es la locura que hasta Puma, que eligió el Valencia como puerta de entrada de su producto en el fútbol español, como hizo con el Milan, el City y el Dortmund? en las otras grandes ligas, también se replantea su continuidad en el club. La marca deportiva firmó un convenio por tres años a razón de cuatro millones de euros, pero la marcha de la entidad y la crisis dejan en el aire la ampliación del acuerdo, lo que sería otro palo económico para un equipo sumido en una grave crisis financiera aunque ahora Peter Lim, al que el club le debe 54, anunciase que estaba dispuesto a avalar 150 millones de euros para prorrogar la ATE de Mestalla. Por el momento no pasa de declaración de intenciones.
Este caldo de cultivo tampoco juega a favor del Celta, porque los ché deben demostrar su nivel en un partido en donde necesitan tomar distancia con la zona baja de la tabla clasificatoria. Además, se encontrarán a un rival mermado en el plano ofensivo. Y sobre todo, jugarán en un Mestalla vacío. De lo contrario, sobrarían los expertos falleros.
