Baltasar Vilar Durán, «Saro», experto piloto de planeadoras, está en busca y captura por tráfico de drogas. Segundo Cousido Vieites fue condenado a 32 años de prisión por abusar de menores utilizando su condición de sacerdote y profesor de religión
09 jul 2024 . Actualizado a las 20:03 h.La Policía Nacional ha vuelto a hacer pública su campaña para localizar a los diez fugitivos españoles más buscados por diferentes juzgados nacionales e internacionales. En esa lista, en la que hay desde sicarios hasta delincuentes sexuales, hay dos gallegos, en concreto dos arousanos.
Uno de ellos es Segundo Cousido Vieites, condenado en sentencia firme a una pena de 32 años de prisión por abusar de menores de edad utilizando su condición de profesor de religión y sacerdote en el colegio Salesianos de Vigo. De 42 años, el tribunal consideró probado que Cousido abusó de menores de 15 años durante unas actividades extraescolares en el año 2019 en Cambados. Le acusaron de doce delitos y la Fiscalía llegó a pedir para el 67 años y medio de prisión. En marzo del 2023 era puesto en situación de búsqueda y captura. La justicia le había dado un plazo de tres días para ingresar en el centro penitenciario de A Lama y no lo hizo.
Los hechos
Los abusos tuvieron lugar en el 2019 y sucedieron durante diferentes actividades. En concreto, en un campamento en Cambados y en una peregrinación a Santiago. A otro menor lo agredió mientras veía la final de la Champions League en una asociación juvenil vinculada al centro escolar.
Según la sentencia, el religioso se aprovechó de la confianza y amistad con los menores para realizarles tocamientos por la noche, mientras dormían o estaban rendidos por el sueño. Las víctimas se quedaron en shock cuando les ocurrió, sin ser capaces de reaccionar porque no podían creer que el sospechoso pudiera hacerles algo así. Actuaba, además, de noche, cuando el estado de alerta disminuye y el nivel de conciencia decrece, según argumentaron en la sentencia los magistrados, lo que le daba cierta superioridad y ventaja para vencer la resistencia de las víctimas.
El implicado ejercía en el 2019 de monitor, director y acompañante de los menores y pernoctaba en las mismas instalaciones que ellos. Los hechos que tuvieron lugar durante la peregrinación a Santiago tuvieron lugar en un albergue de Valga. Como no había literas suficientes, las juntaron y el sacerdote durmió en medio de dos menores. Uno de ellos se despertó a media noche y descubrió que el cura le estaba haciendo tocamientos. Al no atreverse a enfrentarse a él, intentó girarse de lado de la cama para repeler al adulto pero este insistió.
Otra de las agresiones tuvo lugar en julio del 2019 en un campamento en Castrelo, en Cambados, donde el acusado era monitor y decía misa. El menor asaltado en la anterior ocasión no quería ir a la excursión pero al final acudió y, durante la noche, el implicado entró en su habitación usando el móvil de la linterna para localizar a su víctima y le hizo tocamientos hasta que el menor se giró. No se atrevió a denunciar por miedo a que nadie le creyese y por vergüenza. A la tercera noche, el acusado volvió cuando el adolescente se quedó dormido y, aunque él no se enteró del abuso, otro niño lo vio. En la cuarta noche, el sacerdote volvió pero el menor se colocó una almohada como protección y el acusado se la quitó. A la quinta noche, el adolescente, que ya había denunciado los abusos, se protegió con un saco de dormir cerrado y una almohada y frustró los tocamientos.
En el campamento hubo un segundo alumno afectado, pues coincidió en una litera próxima a la del sacerdote. Mientras dormía, se despertó y descubrió al sacerdote en plenos tocamientos y este le preguntó por la hora.
Para un tercer alumno, su profesor de religión era como un padre. También durmió en la habitación del sacerdote, pero no notó los tocamientos porque dormía profundamente. Más tarde, se despertó y lo descubrió en plena faena. El resto de los alumnos juntaron las literas para evitar que el cura siguiese actuando y este se marchó.
Una cuarta víctima sufrió los abusos en el albergue de Padrón durante una peregrinación. El menor salió en mitad de la noche al baño y el sacerdote le ayudó a abrir la puerta. Cuando se acostó, a los pocos minutos, notó como el sacerdote le tocaba.
El quinto menor estaba en una asociación juvenil de Vigo cuando veía la final de la Liga de Campeones en un sofá, sentado al lado del sacerdote, el cual charlaba con él a la vez que le hacía tocamientos. El menor se levantó a por bebida y al volver y ver que seguían los tocamientos, se escabulló.
El sexto afectado también sufrió tocamientos mientras dormía en un dormitorio de un campamento.
Piloto de planeadoras
El segundo gallego que aparece en la lista es Baltasar Vilar Durán, Saro, quien está condenado a 45 años de cárcel por delitos de tráfico de drogas es otro de los buscados por las autoridades. Su especialidad consiste en la conducción de planeadoras y se le vincula con el narcotráfico colombiano.
Saro, de 68 años, apenas cumplió una parte de los 45 años de cárcel que suman sus condenas por narcotráfico. A finales del 2013, al poco de conocer la última, desapareció. Se lo tragó la tierra para reaparecer en Marruecos. La información policial lo reubicaba en el 2019, entregado nuevamente a su gran especialidad: conducir planeadoras cargadas de droga. La diferencia en aquel momento era que no transportaría coca, como en el pasado a las Rías Baixas, y sí hachís, pero desde el Estrecho de Gibraltar.
«Nunca se chivó de nadie y esas lealtades las cobra ahora con protección para vivir sin problemas», explicaba en el 2020 un policía que le investigó durante años a La Voz de Galicia, aludiendo a exsocios colombianos con los que Saro bregó en el pasado y que se habrían encargado de buscarle refugio, al huir de Galicia, bajo el ala de la mafia marroquí. Saro está considerado el narco más buscado de Galicia, por su historial criminal, las condenas incumplidas, su fuga y, sobre todo, su elevada capacidad para seguir introduciendo alijos en España.
Más casos
Ocho fugitivos más completan el listado que hacía público este lunes la Policía Nacional.
Gregorio Navas Hernández cuenta con cinco reclamaciones judiciales en vigor, siendo su especialidad delictiva los delitos contra el patrimonio y especialmente el robo de vehículos. De 37 años de edad, está considerado muy peligroso.
Jose Manuel Canela Vázquez, de 50 años, es conocido como «Ferramache» y está considerado uno de los capos de la droga -concretamente del hachís- más importantes de la provincia de Huelva. Se le busca desde el año 2013.
Otro de los fugitivos es Alberto Severo De Sousa Madureira, de 53 años, al que se busca desde marzo del pasado año por un delito de homicidio. Existe en curso una investigación por una muerte violenta, al haberse encontrado un cuerpo sin vida en un domicilio de Sant Sadurni d'Anoia, en El Alto Panadés.
Condenado a 15 años de prisión por un delito de asesinato y a un año de prisión por tenencia ilícita de armas, también se encuentra en búsqueda Jesús Heredia Iglesias. Este, junto a otra persona, terminó con la vida de un tercero en 2009 al que atacaron con un cuchillo y dispararon en reiteradas ocasiones tras una discusión en un local de Talavera de la Reina.
Jonathan Montoya Rendón tiene 39 años y es un peligroso sicario colombiano buscado por un delito de asesinato con alevosía desde mayo del año pasado. El fugitivo accedió en 2009 al Hospital 12 de Octubre de Madrid donde, en cooperación con otras personas, terminaron con la vida del capo colombiano Leónidas Vargas, que en ese momento se encontraba hospitalizado.
Buscado desde el año 2020 por un delito contra la libertad sexual se encuentra Álvaro Pasquin Mora, de 32 años. El fugitivo mide 1,70 metros y llama la atención la gran cantidad de tatuajes que tiene en ambos costados, piernas y antebrazos, así como una frase en el pecho en la que se puede leer «la suerte está echada».
Asimismo, se reclama desde agosto del 2023 a Domingos Manuel Pinto Coelho, de 51 años, por delitos continuados contra la libertad sexual, concretamente sobre su hija, desde el año 2010 al 2018, cuando era menor de edad.
La Policía también pide colaboración ciudadana para encontrar a Marek Dawid Legiec, reclamado por las autoridades de Polonia por delitos de tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal, al adquirir grandes cantidades de sustancias estupefacientes.
Ayuda ciudadana
Con este ránking, la Policía Nacional solicita ayuda ciudadana para dar con los diez fugados. Los delitos por los que se les busca son aquellos con las penas más graves, como homicidios, asesinatos, violaciones, abuso sexual de menores de edad o tráfico de drogas conectado a criminalidad organizada de alto perfil.
Según ha informado la Policía mediante un comunicado, la colaboración ciudadana puede ser clave para localizar a los fugitivos, por lo que se ha puesto a disposición de los ciudadanos el correo electrónico losmasbuscados@policia.es. A través de este, se pide a cualquier persona que pueda aportar algún dato relevante para la investigación que colabore con la investigación policial. Las autoridades destacan que los datos de los informadores serán completamente confidenciales.
Aunque se cree que los fugitivos podrían encontrarse en España, el órgano policial ha recalcado que estos pueden ser detectados fuera de la fronteras españolas y que, de ser así, la Sección de Localización de Fugitivos cuenta con herramientas de cooperación internacional para que se proceda a la detención de los criminales. Por ello, se considera que toda información relevante puesta a disposición de los órganos judiciales es esencial en estos casos.