Tezanos vincula la victoria del PP en Galicia con «monjitas organizando el voto de sus asilados» y «gratificaciones económicas» a las mariscadoras

Xosé Vázquez Gago
X. Gago SANTIAGO

GALICIA

Imagen de archivo de José Félix Tezanos, presidente del CIS.
Imagen de archivo de José Félix Tezanos, presidente del CIS. Kiko Huesca | EFE

El presidente del CIS dice que el resultado es un «hecho lógico y esperable», aunque sus encuestas vaticinaban lo contrario

13 mar 2024 . Actualizado a las 13:02 h.

El presidente del CIS, José Félix Tezanos, ha publicado en la revista Temas de la Fundación Sistema, un ente vinculado al PSOE, su particular análisis de las elecciones gallegas. En su artículo asegura que en poco tiempo «se acabará asumiendo que la victoria del PP en Galicia ha sido un hecho lógico y esperable». «Lo llamativo y sorprendente -dice- era que hubiera perdido en su feudo más potente y natural». Sin embargo, a ese cambio improbable le abría las puertas de par en par en sus sondeos durante la precampaña y la campaña, tres informes que sirvieron para alentar esa posibilidad, situando al PPdeG con entre 34 y 38 escaños. El resultado real estuvo muy lejos, los populares obtuvieron 40 actas, dos más que la mayoría absoluta.

Lejos de reconocer errores, Tezanos se reafirma en que «en la última semana de la campaña varias encuestas, no solo las del CIS» vaticinaban la posible pérdida de la mayoría absoluta, lo que encendió «las alarmas» en las filas del PP. De ahí el «enorme activismo» de los populares con «gratificaciones económicas extraordinarias a las mariscadoras, mensajes enviados al personal sanitario prometiendo mejoras salariales y organizativas, monjitas organizando el voto de sus asilados e internos».

Además, Tezanos atribuye el resultado a «la potencia de la maquinaria electoral del PP y su notable combatividad, que revela hasta qué punto pensaban que podían perder su mayoría».

El presidente del CIS, que se afilió al PSOE en 1973, no analiza en su artículo la gestión de los gobiernos del PP desde el 2009 —que podría tener alguna influencia en los resultados—, pero sí considera que los populares lograron «un triple objetivo: ganar unas nuevas elecciones autonómicas en Galicia, parar el ascenso de Ana Pontón y el BNG, e infringir una derrota importante al PSdeG». 

Solo dedica unas líneas al resultado del PSdeG, y no se plantea que su bajada (se quedó con solo 9 escaños) pueda deberse a un desgaste de los socialistas por la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez —que según la encuesta poselectoral de Sondaxe alejó del PSOE a más del 23 % de sus posibles votantes—, sino que lo atribuye a que una parte de su electorado fue «atraído en esta ocasión por la idea de un voto ''útil'' al BNG, que podía abrir la puerta a un gobierno progresista que pusiera fin al largo predominio del PP en Galicia». 

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, afirmó en sus redes sociales a raíz de esos comentarios que «algúns seguen sen entender nada. Nin coñecen Galicia nin lles importa. Un pouco de respecto aos galegos».

En su análisis, Tezanos también considera «bastante sesgadas» las lecturas de los resultados que hablan de una «preponderancia aplastante del voto de las derechas sobre las izquierdas». El presidente del CIS no hace ese análisis por partidos políticos, sino por frentes ideológicos y concluye que «la diferencia ha sido de menos de dos puntos (1,78), con un total de 49,55 % de los votos obtenidos por el PP y Vox, respecto a un 47,77% por el BNG, el PSdeG y los otros partidos de izquierdas». Todo ello a pesar de que los componentes de cada frente se presentaron por separado y con programas propios, y en ocasiones muy diferentes entre sí. Por ejemplo, el BNG planteaba el monolingüismo en gallego en la enseñanza o la supresión de las provincias, medidas que el PSOE no incluía en su proyecto.

El presidente del CIS también pone peros a la «interpretación estratégica» del PP de que las elecciones gallegas «han reforzado el liderazgo nacional de Alberto Núñez Feijoo, al tiempo que debilitaban el de Pedro Sánchez». Asegura que la participación de ambos fue «bastante disimilar. No solo por razones de arraigo gallego, sino también por el tiempo dedicado, en una proporción que va de 7 a 1» a favor de Feijoo. Sánchez visitó Galicia en ocho ocasiones durante la campaña y hubo presencia constante de altos cargos del Gobierno y del PSOE. Llegaron a coincidir seis en el mismo día.

El presidente del CIS también afirma que «a la espera de datos sociológicos más precisos» y «al margen de lo ocurrido en Galicia (...), el voto conservador está retrocediendo entre los jóvenes, las mujeres, los residentes en entornos urbanos y entre sectores de las clases medias ilustradas».

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Entre esos sectores, «el PP de Feijoo es visto como un partido demasiado escorado hacia la derecha, y bastante involucionista y negativo en lo concerniente a los derechos y oportunidades de los jóvenes, de las mujeres y de los sectores más débiles de la sociedad». Es además un partido «poco receptivo a lecturas y desarrollos autonomistas en contraste con alguno de sus grandes líderes históricos y demasiado dado a la bronca, las descalificaciones y los insultos gruesos. En definitiva, como un partido propiciador de la crispación y las malas maneras políticas». Plantea incluso Tezanos que esa «mala educación (...) inquieta a sectores cultos y europeizados de las clases medias. De hecho, personas situadas en estos ámbitos han llegado a comentarme que no pueden ''permitir'' a sus hijos pequeños ver libremente determinados espacios informativos en las televisiones porque están plagados de ejemplos de ''malas maneras''».

El también doctor en Ciencias Políticas y Sociología no detalla cuántos electores gallegos situaría en esos «sectores cultos y europeizados» inquietos con el PP —ni tampoco señala el nivel cultural de quienes no sufren tal inquietud—, pero sí señala que «la senda seguida por [Pablo] Casado y Feijoo ha tendido, excepto en lugares donde siempre han sido hegemónicos como Galicia, a encapsularse políticamente en espacios sociológicos demasiado sesgados hacia la derecha dura».