Las claves de un curso de transición sanitaria y educativa

S. C. REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Protesta por los recortes en educación en un centro de A Coruña
Protesta por los recortes en educación en un centro de A Coruña CESAR QUIAN

La vuelta a la normalidad se solapa con la aplicación por fases de la nueva ley, la Lomloe

11 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Este curso que ya ha arrancado es de transición desde el punto de vista académico, que además viene rodeada de polémica. La primera es la ampliación del número de alumnos en las clases tras el año covid, le sigue la existencia o no de refuerzos suficientes y el tercer lugar lo ocupa el adelanto de los exámenes de septiembre a junio. Pero en el horizonte se avecinan más cuestiones controvertidas: la reforma del currículo, el cambio en la puntuación para la matrícula, la limitación de las repeticiones y la aparición de nuevos bachilleratos; todo vinculado al desarrollo de la Lomloe.

curso poscovid

Ratios y apoyos. En infantil y primaria se mantiene un máximo de 25 alumnos por clase decidida de forma excepcional el curso pasado, pero en secundaria las ratios han vuelto (casi) a la normalidad al pasar de una distancia de 1,5 metros a otra de 1,2. Los sindicatos lo tienen claro: no es un curso más y deberían mantenerse los desdobles del año pasado. Educación asegura que este año hay más unidades y profesores que en el 2019/20 (antes de la pandemia) y los sindicatos niegan el dato y señalan las protestas en decenas de centros por los recortes. «Non houbo criterio —apunta Suso Bermello, secretario nacional de CIG Ensino— e de todo o que se tiña pensado recortar melloramos moito, pero só naqueles sitios cunha comunidade educativa organizada e reinvidicativa».

En cuanto a los refuerzos, Julio Díaz (ANPE) añade otra protesta porque «nalgúns centros quitaron ao especialista en Audición e Linguaxe ou en Pedagoxía Terapéutica porque xa tiñan o reforzo de PROA+ e ARCO deste curso de pandemia. Iso supón que non existe tal reforzo». Fernando Lacaci, de Anpas Galegas, reitera que «non se pode facer máis con menos» y se queja de que «a consellería non ten unha estratexia» para la educación.

exámenes adelantados

Ya no hay septiembre. Este año en secundaria y 1.º de bachillerato el curso acabará a finales de mayo, porque el 6 de junio serán las evaluaciones finales. Desde ese momento quienes tengan materias suspensas acudirán a clases de refuerzo en su centro educativo y se examinarán en la convocatoria extraordinaria antes del día 21 de junio. Ya no hay exámenes de septiembre.

Experiencia fugaz. Galicia se estrena en este modelo que siguen otras comunidades, pero solo lo hará en una ocasión: el Gobierno ha anunciado que la Lomloe supone la desaparición de las pruebas de septiembre (en la evaluación continua no tiene sentido jugárselo todo en una prueba). Hay una moratoria este año porque ya está organizado.

lo que trae la lomloe

Menos repeticiones. Es uno de los aspectos más polémicos de la norma y se debe aplicar ya este curso: la repetición ha de ser algo absolutamente excepcional, la tomará el claustro en conjunto y solo después de que fracasasen medidas de apoyo al alumno. Para el conselleiro, Román Rodríguez, ataca los pilares de la educación, con el trabajo y esfuerzo en un lugar destacado. Para sindicalistas como Suso Bermello «como criterio xeral pode ser correcto [reducir las repeticiones] porque hai que potenciar a avaliación continua, pero só funcionará se hai un reforzo para o ano seguinte con profesorado suficiente».

Criterios de matriculación. En marzo, cuando las familias pidan plaza en los colegios, ya se aplicará la nueva ley. La Xunta la esquivó el curso pasado al publicar el decreto de matriculaciones en Navidades. Realmente, la Lomloe no supone un gran cambio en Galicia, ya que prioriza la zona de residencia, que pasa de 6 a 8 puntos. Sí varía en el valor del número de hermanos (perjudica a quien tenga seis o más hijos) e incorpora la valoración de gemelos, que multiplica las posibilidades de acceder a la plaza.

Nuevo bachillerato. Los tres bachilleratos que había hasta ahora se convertirán en cinco: se mantienen los de Ciencias y Humanidades-Ciencias Sociales pero el de Arte se divide en dos (Música y Artes escénicas por una parte y Artes Plásticas, Imagen y Diseño por otra) y nace el bachillerato General, una revisión de las antiguas «mixtas» pensado para alumnos de ciencias que no quieren demasiadas matemáticas. La polémica es doble: por una parte, las comunidades autónomas están preocupadas por los plazos, ya que en marzo debe saberse qué centros ofrecen esta modalidad pero aún está casi todo por decidir; hay que tener en cuenta que los territorios con lengua propia tienen que desarrollar el 50?% del currículo, del que no hay nada. Por otra parte, temen que ese bachillerato sea segregador, para alumnos que vayan a FP.

Currículo de cursos impares. La polémica en este capítulo es similar al anterior: todavía no se han cerrado los currículos y en septiembre hay que aplicarlos en los cursos impares; además del acuerdo estatal las comunidades tienen que hacer su trabajo. Además, entre las del PP —Galicia incluida— hay reticencias en cuanto a los temarios porque no se quiere huir del contenido.