PORTOMARÍN
El Camino de Santiago se presenta este año como una forma de turismo idónea para la situación sanitaria actual. La naturaleza y la cercanía, además de su tradición, están multiplicando el número de personas que peregrinan este año hasta la Praza do Obradoiro. Esto se hace notar en Portomarín, que incluso durante los meses más laxos de pandemia parecía un pueblo fantasma, y ahora recuperó su bullicio diario con peregrinos ocupando todas sus calles.
Para los albergueros son buenas noticias, ya que «hai máis xente que o ano pasado», cuando después de la primera ola del coronavirus habían dado un respiro a las restricciones, e incluso afirman que está siendo «o mellor momento de toda a pandemia», como cuenta Pedro Rodríguez, del Mesón Rodríguez, ubicado en la calle principal del pueblo. Los días previos a la festividad del 25 de julio, Portomarín, uno de los sitios más deseados para dormir del Camino Francés, no dio abasto con todos los caminantes. «Dende ese día a afluencia de peregrinos mantense», explica Rodríguez. Es por eso que auguran que el mes de agosto volverá a ser bueno si las restricciones no son más severas.