José Manuel Andrade: «Los gallegos no sabemos presumir»

GALICIA

ANA GARCIA

El director de la fundación Juana de Vega, motero solitario, cree que la fundadora estaría razonablemente satisfecha con la evolución que ha tenido el mundo rural

01 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

José Manuel Andrade Calvo (Cabana, 1975) es un optimista informado. Tal vez sea uno de los profesionales que mejor conoce las posibilidades del campo gallego. Por eso cree que Juana de Vega, la patrona que hace 150 años puso en marcha la fundación en la que trabaja, estaría razonablemente satisfecha con el resultado.

-¿A qué se dedica la fundación Juana de Vega?

-Es una institución singular constituida por Juana de Vega en el año 1872. Ella fue una mujer con una gran preocupación social y, al final de su vida, al no tener descendencia, dejó todo su patrimonio para crear una fundación que contribuyese al desarrollo del medio rural de Galicia. Ciento cincuenta años después, la fundación sigue haciendo esa labor.

-Hay como una mirada hacia el medio rural tras los confinamientos.

-Sí, es cierto. Hay una nueva mirada hacia los espacios rurales, que son percibidos como lugares más seguros. La existencia de Internet en muchos espacios rurales permite que otras profesiones no vinculadas con el sector primario puedan desarrollar su actividad en esos espacios. Lo que queda por ver es si esa tendencia ha venido para quedarse o simplemente es algo pasajero.

-Hay gente que aún identifica rural con paleto.

-Yo creo que cada vez menos. Hay que cambiar el mensaje porque en el campo hay oportunidades. Pero es necesario cambiar el discurso y trasladarlo a los jóvenes desde edades tempranas presentando experiencias de éxito, que las hay, en el agro de Galicia.

-Parte de una generación que ya ni siquiera sabe ni cuántas ni dónde están las fincas de su familia y que, por tanto, están abandonadas.

-En Galicia hay once millones de parcelas y 1,6 millones de propietarios. La gente que se ha trasladado, que se ha desconectado, desconoce donde están sus propiedades y eso es un hándicap para el aprovechamiento productivo de la tierra en Galicia. Creo que la nueva Ley de Recuperación de Tierra Agraria, puede ser un revulsivo para la transformación de los espacios rurales.

-Hay quien opina que mientras el mundo rural no se adapte a lo femenino, no hay nada que hacer.

-Hay casos, sí. Imagine una explotación de leche rentable que, como la pareja del titular no quiere vivir en el campo, condiciona la continuidad de esa explotación. Eso es difícil de cambiar, aunque podían mejorar los servicios. Pero hay que mirar al medio rural no en lo que fue sino en lo que puede ser. Lo importante no es tanto vivir ahí, sino gestionarlo bien. Mientras tenemos cientos de miles de hectáreas en estado de abandono, estamos importando productos de origen vegetal por más de 300 millones de euros al año.

-Sin embargo, hacia donde miramos es hacia el turismo.

-El turismo tiene un efecto transversal y, conectado con los productos locales de calidad, ayuda a la dinamización de los espacios rurales. Debemos apostar por un turismo de valor añadido.

-Si alguien le pidiera consejo para aprovechar alguna de esas oportunidades, ¿qué le diría?

-Tenemos una capacidad muy desaprovechada para la producción hortícola y un enorme potencial para la planta ornamental o de pequeños frutos. También en el área del castaño con muchas áreas de soutos que no están debidamente gestionados. Y en el sector forestal queda mucho por hacer.

-Tienen ustedes en la fundación una escuela del paisaje. ¿Vamos mejorando con eso?

-Hay una creciente sensibilidad por preservar el paisaje y que las intervenciones que se realicen sobre el territorio sean respetuosas e integradoras. Nuestro paisaje es un lujo.

-Parece que crece el runrún sobre los eólicos y su impacto en el paisaje.

-Sí. Hay preocupación por la proliferación y sobre todo en sitios donde no parece que su presencia sea lo más adecuado. Galicia tiene que beneficiarse en mejor medida de su desarrollo eólico; las comunidades rurales deben tener mayor participación en la rentabilidad del viento.

-Si Juana de Vega levantara la cabeza y mirara hacia el medio rural, además de un buen susto ¿qué cree que pensaría?

-El mundo se ha transformado mucho y para mejor. Hoy Galicia es una potencia en muchos sectores: en el lácteo, en el forestal, en el vitivinícola... Yo creo que Juana de Vega estaría relativamente satisfecha con la transformación que ha tenido el mundo rural en los últimos años. Aunque queda mucho por hacer, estamos en el camino.

-¿Celta o Dépor?

-No me interesa nada el fútbol. De pequeño jugué. Y de adolescente, pero ahora no me interesa. Si estoy en un bar y ponen fútbol a todo volumen, me voy.

-¿Cómo se define en pocas palabras?

-Soy una persona seria, responsable, trabajador y trato de ser riguroso en las cosas que hago.

-Me va a perdonar, pero parece usted un hombre muy aburrido.

-Es cierto, pero no lo soy, je, je.

-Explique Galicia en pocas palabras también.

-Es una tierra excepcional, con un paisaje excepcional y una gente trabajadora, que se esfuerza y que tiene un gran futuro.

-Aunque a veces no se lo crea.

-Los gallegos no sabemos presumir de lo que tenemos, ni de venderlo. Debemos hacer un esfuerzo por cambiar nuestra mentalidad en ese sentido. Nos falta presumir más.

-¿Qué le gusta hacer a usted?

-Cuando tengo tiempo libre me gusta caminar o andar en moto. Me ayuda a reflexionar y me evade.

-Es usted motero.

-Yo no me defino motero, aunque tuve moto desde la adolescencia. Disfruto mucho de los paseos solitarios en moto.

-¿Sabría hacer una tortilla de patatas?

-Era mi especialidad cuando estudiaba, ja, ja.

-El que tuvo retuvo.

-Sí, aunque soy más de comer.

-¿Nunca sintió la pulsión de emigrar?

-No. Hace 24 años que estoy en la fundación. Tuve oportunidades de cambiar de trabajo, pero estoy satisfecho con lo que hago. Estoy muy agradecido de estar en una institución como esta. Creo que hacemos un buen trabajo.

-Usted nació en Corcoesto, encima de una mina de oro.

-Nací en un sitio en el que hubo oro y que supuestamente algo queda. No mucho, por lo que indican las prospecciones. ¿Merece la pena destruir un territorio dejando balsas de cianuro y residuos mineros por ese hipotético valor del oro? Yo creo que Galicia debe apostar por otras cosas que no nos hagan ser vistos como una colonia.

-Dígame una canción.

-Y nos dieron las diez, de Joaquín Sabina.

-¿Qué es lo más importante en la vida?

-Aunque suene a tópico, la salud. Y estar satisfecho con uno mismo disfrutando de las pequeñas cosas. En ese sentido, yo me siento afortunado.