Serenidad, moderación e inteligencia

Santiago Rey Fernández-Latorre

GALICIA

Santiago Rey Fernández-Latorre, pronunciando su discurso
Santiago Rey Fernández-Latorre, pronunciando su discurso VÍTOR MEJUTO

Discurso de Santiago Rey Fernández-Latorre en la entrega del 62.º Premio Fernández Latorre a Nadia Calviño

10 may 2021 . Actualizado a las 18:41 h.

La pandemia nos ha obligado a hacer este acto más íntimo de lo que quisiera, pero quiero compensar la sobriedad que nos viene impuesta con la muestra más viva de afecto. Y decirte que para mí y para La Voz de Galicia es el momento más solemne del año.

Entregarte el premio que lleva el nombre de mi abuelo, Juan Fernández Latorre, hace más grande esta Casa, que está a punto de cumplir 140 años; y me enorgullece a mí, por la admiración que tengo de tu trabajo.

Reconocemos a una figura clave de la verdadera política de Estado, a una mujer que nos sirve de ejemplo todos los días, una gallega que engrandece el nombre de nuestra tierra. Sabemos el difícil papel que te ha tocado, en una época tan convulsa para la política y para la vida de la sociedad. Pero es en momentos como este cuando se aprecian la serenidad, la moderación y la inteligencia. Las tres cualidades están prácticamente desaparecidas de la política desde hace tiempo, pero afortunadamente brillan en toda tu trayectoria. Has tenido que esforzarte dentro y fuera del país. Dentro, porque te has enfrentado a los populismos, a las visiones radicales y a las imposiciones ideológicas. Fuera, porque eres la gran mediadora en Europa, y tu trabajo tiene mucho que ver con que nuestro país sea creíble y respetado, pese a todas las tensiones internas.

Yo he tenido siempre muchas dudas de que los fondos que promete la Unión Europea lleguen a materializarse. Y aún más dudas de que sean bien utilizados. Pero el hecho de que ese sea tu campo de acción y tu gran compromiso me lleva a pensar que aún hay motivos para la esperanza.

Vicepresidenta, tienes por delante un ingente trabajo. Y en La Voz de Galicia deseamos tu éxito. Porque de él depende que sectores, empresas, y, en definitiva, las personas que están sufriendo el desastre que ha traído esta crisis empiecen a resurgir.

Es a ellos a quienes deben dirigirse todos los esfuerzos, y el objetivo debe ser no solo la imprescindible modernización, sino, sobre todo, crear fortaleza empresarial y hacer crecer exponencialmente el empleo de calidad, pensando, muy especialmente, en las nuevas generaciones. Lo dice alguien que lleva más de 60 años dedicado a esta empresa, que ha pasado dificultades y se ha enfrentado a grandes retos.

Y lo digo porque, después de todo este bagaje, a mis 82 años todavía tengo sueños. Sueño con una España próspera y pacífica; con una Galicia que aproveche todas sus riquezas y las aumente; y con que nuestros lectores, a los que me debo, tengan el presente y el futuro que merecen y que esperan para sus hijos.

El acta del jurado te define con los mejores adjetivos: fuerte, trabajadora, discreta y comprometida con tu país. Como buena gallega. Así te vemos y así te aplaudimos, porque esas cualidades son las que apreciamos y fomentamos en La Voz de Galicia.

Yo quiero agradecer al jurado que haya acogido con unanimidad la concesión de este galardón, que en sus 62 ediciones ha buscado siempre lo mejor de Galicia: ejemplos honrosos de nuestra tierra en el ámbito de la actividad pública y de la comunicación.

El jurado se reunirá pronto para dar continuidad a este premio. Entre otras candidaturas que valoraremos con interés y afecto, tengo el propósito de proponer la de un periodista ejemplar: David Beriain, nuestro redactor y corresponsal de guerra durante seis años, que hemos perdido en un terrible atentado cuando cumplía con su deber, que es el nuestro: informar y defender la justicia cueste lo que cueste.

David murió asesinado hace unos días en Burkina Faso, junto a su compañero Roberto Fraile. Nos deja su ejemplo, heredamos su entusiasmo y nos impulsa a redoblar nuestro compromiso. Para él y para su familia, mi recuerdo. Y para ti, vicepresidenta y ministra, mi agradecimiento, mi felicitación y mi deseo de éxito. El tuyo será también el nuestro.