El líder de la banda de narcos holandeses desbaratada en Galicia se oculta en Dubái
GALICIA
La Guardia Civil disecciona la trama por eslabones fijando roles a cada integrante; de los lugartenientes a los delegados en España, así funcionaba esta trama internacional
23 oct 2020 . Actualizado a las 16:32 h.La operación Cetil se cerró con 6.000 kilos de cocaína colombiana retirados del mercado europeo. Los remitía, siempre en contenedores, el clan del Golfo. Utilizaba los puertos de Marín, Valencia, Róterdam y Panamá. Las tres incautaciones en Galicia (663, 177 y 155 kilos) implicaron el origen de la investigación en noviembre del 2019 y, ya la semana pasada, el final de la organización importadora, de nacionalidad holandesa y origen magrebí; es la nueva ola dominante del negocio en todo el Viejo Continente. El Equipo contra el Crimen Organizado (ECO) en Galicia de la Guardia Civil arrestó al grueso de investigados al constatar su ramificación a orillas del Atlántico y la relación directa con los portes decomisados. Se movían por Vigo, Marín, Poio, Pontevedra y Ourense, desplazándose desde Holanda o la Costa del Sol, donde se encontraba su cuartel general para España.
Pero los tentáculos de esta extensa trama transoceánica llegan también a Asia. Concretamente a Dubái. Allí se pierde la pista del considerado líder de la organización, cuya identidad no ha trascendido . Es el único de todos los miembros destacados que, desde la semana pasada, no duerme en una celda.
Su rastro se pierde en los Emiratos Árabes Unidos, revela el procedimiento, por la existencia de algún tipo de orden de detención o investigación aún hoy vigente. El motivo de elegir esta región concreta del mundo responde, de forma deliberada, a la dificultad que representa la extradición con su país de residencia, Holanda. Y todo con su costosa red internacional de contactos para moverse en la sombra.
«Directivos»
Mano derecha. Mohamed Maadouri, alias Gordo, y Faysal El Ouardani son los investigados más próximos al jefe huido. Ambos cuentan con la capacidad suficiente para decidir sobre aspectos que deben realizarse en un corto espacio de tiempo. Maadouri gestionaba las reuniones y comunicaciones necesarias para el buen fin de los envíos de droga. También negociaría el dinero a pagar para sacar los alijos de cada puerto. A El Ouardani se le sitúa como el integrante de mayor rango asentado en España, concretamente en Málaga. Posee contacto directo con los proveedores en Colombia y recibiría el número de contenedor en el que viajaba la droga. Su nombre ya figuró en numerosas investigaciones, tanto en España como en los Países Bajos, por sus vinculaciones con el tráfico de drogas y el blanqueo de los capitales asociados a dicha actividad.
Las autoridades holandesas —que explotaron la investigación con el ECO Galicia de la Guardia Civil— sitúan a El Ouardani dentro de la Mocro Mafia, forma de referirse a las distintas organizaciones criminales asentadas en Bélgica y los Países Bajos, especializadas en el tráfico de drogas y cuyos integrantes mayoritariamente poseen ascendencia marroquí. Es el tipo de organización criminal que, al menos desde el 2016, figura en más procedimientos judicializados en Galicia.
«Apoyo a la dirección»
Extremadamente violento. Fouad Hammoudi sería la tercera persona en importancia dentro de la organización. Acudió a las primeras reuniones [por los alijos que llegaron a Marín] para tratar aspectos muy concretos sobre la forma de trabajar, y sus opiniones eran muy valoradas. Los antecedentes policiales, de carácter violento, lo describen como una persona capaz de ejercer acciones contundentes si la situación, a ojos de su organización, lo requiere.
«Distribución de drogas»
Ya recibidas en puerto. Mohamed Yasin, alias Mo, era uno de los principales hombres de confianza de Mohamed Maadouri. Especializado en detectar presencia policial y coordinar la distribución de partidas de menor entidad una vez eran recepcionadas en los Países Bajos. También pagaba a otros compañeros de la trama por sus cometidos.
«Delegados en España»
Desde Vigo. Brain Van Den Berg, alias Ojo, Colo o Colombiano, y Johnny de Keijzer eran las personas de confianza. El primero vivía en un hostal en Vigo e inició los trámites para empadronarse. Era el notario de holandeses y colombianos para certificar que cada alijo llegaba sano y salvo a los puertos.
