Manuel Gallego Jorreto: «He disfrutado mucho»

GALICIA

El arquitecto Manuel Gallego Jorreto en el auditorio de A Illa de Arousa, en el 2018
El arquitecto Manuel Gallego Jorreto en el auditorio de A Illa de Arousa, en el 2018 MONICA IRAGO

El laureado arquitecto dice que los premios son un regalo y explica por qué, a sus 83 años, acude todos los días a trabajar

28 feb 2020 . Actualizado a las 15:07 h.

Aunque no le guste, Manuel Gallego Jorreto (Carballiño, 1936) es un personaje ya en el ámbito de la leyenda. El hombre que hizo bandera de la sencillez y del sentido común dice que nada le fastidia más que ser pedante o parecerlo. Así que yo disfruto en su despacho de A Coruña de una charla cercana y enriquecedora. No siempre se puede charlotear con una leyenda.

-Es la segunda vez que le dan el Premio Nacional de Arquitectura.

-Son dos cosas diferentes; una fue por una obra y esta ha sido a eso eso que llaman la trayectoria, que debe ser lo que te dan cuando te estás muriendo... que no es mi caso.

-El premio, ¿es algo físico?

-Una escultura de Juan Navarro. El anterior, una plaquita.

-Tendrá ya una vitrina en casa.

-No... Pero no es mala idea, ja, ja.

-¿Cómo ha recibido este?

-Los premios te dan alegría. Y una sensación de agradecimiento. Para mí es un regalo que me hacen aunque hay que darse cuenta de que tampoco es para tanto. No te lo puedes creer.

-¿Viene todos los días a trabajar?

-Sí, claro. Mi trabajo me gusta. No venir sería apartarme de la vida. Y además lo necesito. Yo no vivo de rentas.

-El concepto de jubilación, no lo contempla.

-No, no. Me jubilaré cuando no pueda trabajar. Quizás se está acercando la fecha, pero no tengo prisa.

-¿Tiene proyectos?

-Sí, pero con mucha lentitud. La crisis fue muy dura en nuestra profesión. Tanto, que la cambió. Ha dejado a mucha gente en el paro, se han ido fuera muchísimos. Y el trabajo que viene, lo hace de una forma nueva.

-¿Qué quiere decir?

-Ahora está en manos de empresas más importantes. El pez grande se ha comido al pequeño y ha puesto de manifiesto el escaso interés social por la arquitectura. Interesa el producto construido pero no cómo es el producto. Sí que hay un mayor interés por el cumplimiento de la normativa, pero la arquitectura empieza cuando termina la normativa.

-Vienen malos tiempos para la creatividad.

-Estamos en malos tiempos.

-¿Cambiamos a peor?

-No, no. Hay cosas que cambian a mejor: hay más información, llega a más gente, hay mayor capacidad de respuesta y más libertad para hacer cosas que antes no se hacían.

-Cuando era un joven arquitecto, ¿pensaba que llegaría a tener una carrera tan dilatada, tan nutrida?

-No creo que sea tanto, aunque ahora que estoy ordenando mis cosas para hacer un archivo, me doy cuenta de la cantidad de trabajo que tengo. Soy un trabajador de pura cepa. Yo siempre pensé en hacer cosas de las que me sintiera satisfecho... pero no me siento tan satisfecho.

-La autocomplacencia nunca ayuda.

-Te aburre. Hay que pensar en hacer las cosas mejor, buscar otros caminos. Es complicado, aunque a la vez es sencillísimo: lo que se pretende es que te dejen trabajar y, a la vez, aportar algo.

-¿Qué ha sido lo mejor de estos años de carrera?

-No hay mejor ni peor. Yo he tenido la suerte de que mi profesión me ha gustado. Me metí sin saber y me he ido entusiasmando. Lo mejor es que me descubrió un mundo nuevo, que tengo más cultura, que soy más libre. He disfrutado mucho, eso es lo fundamental.

-Eso allana la vida.

-No solo eso, sino que te permite pasar los momentos duros.

-¿Qué opina del feísmo?

-¿A qué llama feísmo?

-A la falta de gusto.

-El gusto es algo muy personal. La valoración de la arquitectura por lo bonito o lo feo es una valoración, pero hay otras: si resuelve problemas, si se puede vivir, si no destruye el paisaje...

-Todas esas casas sin recebar...

-Eso también demuestra que el dueño tiene una cierta independencia, una creatividad. A mí me parece peor esas construcciones especulativas, que ocupan un espacio público, que destrozan un paisaje... Eso me parece más feísmo. Independientemente de que yo crea que las casas deben hacerse bien, recebar las casas, etcétera.

-¿Le interesa la pintura, otras artes?

-Sí, sí. He pintado desde muy jovencito. Las artes plásticas, muy rudimentariamente, pero las he practicado. Me interesó la fotografía, el cine, la literatura muchísimo.

-¿Hay algo que lamente no haber hecho?

-Me he acostumbrado a que, haga lo que haga, hay que encontrar la inspiración en el proio trabajo. Si me encargan una cosa, intento llegar al fondo, lo tomo a pecho.

-¿Qué tal está de salud?

-Bueno, con 83 años. Y los achaques propios de esa edad.

-¿Le gusta el fútbol?

-Sí, mucho.

-¿Lo practicó?

-Yo practiqué muchos deportes, aunque mal.

-¿Y ahora que hace?

-Caminar. Procuro andar bastante.

-¿Celta o Dépor?

-Deportivo. Antes iba a Riazor a verlos. Ahora que parece que empiezan a jugar, tal vez vuelva.

-¿Cómo diría que es usted en pocas palabras?

-Esta es muy difícil. Quizás mi virtud es la tenacidad. Y mi defecto más grave... ser ingenuo. Me fío de cosas.

-¿Y cómo explicaría Galicia brevemente?

-Es un lugar de una cultura amplia y profunda en el sentido histórico. La cultura popular. Pero hay como un desequilibrio entre su profundidad histórica y su falta de información actual. Galicia es un sitio increíble de belleza y donde la naturaleza sigue siendo de los valores más importantes, pero el pensamiento colectivo tiene poca importancia comparado con el individual y eso se ve en la arquitectura: espacios públicos colectivos no hay muchos comparado con la gran cantidad de espacios particulares de calidad.

-¿Qué le gusta hacer para entretenerse?

-A mí me gusta todo. Me gusta pescar, me gusta viajar, ir con los amigos. El campo, la montaña, leer. Disfruto mucho con la vida.

-¿Cocina?

-Sí, pero hay mucha moda de cocina. Yo disfruto mucho de dar de comer a los amigos habiéndo hecho yo la comida. Es como cantar.

-¿También le gusta cantar?

-Canto muy mal. Yo estaba en un coro y cuando abría la boca me localizaban para que me callara, ja, ja.

-¿Qué tal con el móvil?

-Solo lo utilizo para hablar.

-¿No usa redes sociales?

-No. Es un camino al que he renunciado. Siempre pienso que es un tiempo en el que podía estar haciendo otra cosa.

-Ni WhatsApp.

-No, me niego. Por ahora.

-¿Se arrepiente de algo?

-Sí, sí, claro. Pero no le voy a decir de qué.

-Dígame una canción.

-Ahora no recuerdo ninguna.

-¿Qué es lo más importante en la vida?

-Ser feliz e intentar hacer feliz a los que están a tu alrededor.