Un hombre asesina a su esposa de un tiro de escopeta y se suicida en Valga

Serxio González Souto
Serxio González VILAGARCÍA / LA VOZ

GALICIA

Martina Miser

Un hijo de la pareja halló los cadáveres en su domicilio, al extrañarse de su tardanza

11 mar 2019 . Actualizado a las 13:46 h.

El primer crimen machista que Galicia registra este año se consumó este domingo. Dos días después de un 8M que había movilizado a miles de mujeres y hombres en las distintas poblaciones que configuran la comarca de Arousa. También en Valga. El alcalde del municipio, el popular José María Bello Maneiro, apenas podía contener las lágrimas cuando abandonó el domicilio familiar en el que se habían cometido un asesinato y un suicidio. «Unha parella nova, con fillos mozos, en idade de gozar da vida», musitaba el regidor, incrédulo. El suyo es un concello de tamaño medio, alrededor de seis mil habitantes dispersos en multitud de núcleos. Bronllo, enclavado en la parroquia de Setecoros, es uno de ellos. Javier Bello Ferreirós tenía 46 años. Convivía con su esposa, María José Aboy, de 43, en una vivienda cercana a la AP-9 y al trazado del camino portugués a Compostela, entre huertas y arbolado. En algún momento -la autopsia dirá cuándo- el individuo armó una escopeta de caza, encañonó con ella a su mujer y le descerrajó un tiro mortal de necesidad en el pecho. A continuación, él mismo se disparó en el rostro, acabando así con su propia vida.

Ninguno de los vecinos del lugar escuchó nada. Ni siquiera los más próximos, aunque la verdad es que sus casas se encuentran a una cierta distancia del escenario del crimen. Nadie tenía razones para acercarse por allí un domingo por la mañana. Los dos hijos de la pareja, un chico y una chica, ambos mayores de edad, no convivían con sus padres. Hasta que se hizo demasiado tarde para comer. El matrimonio había quedado en compartir mesa con parte de su familia. Los suegros del asesino viven muy cerca, al otro lado de la carretera. Extrañado por su tardanza, el hijo varón se dirigió al domicilio para comprobar si había surgido algún imprevisto. Fue él quien rompió el silencio de plomo que había caído sobre el lugar tras los dos disparos. De acuerdo con los datos que la Guardia Civil pudo recopilar, la puerta estaba cerrada. Sospechando que algo grave había ocurrido, sus parientes le ayudaron a romper una ventana hasta lograr introducirse en el domicilio y encontrarse con una escena pavorosa.

No existe constancia de ninguna denuncia previa relacionada con algún tipo de violencia familiar o machista. El hombre carecía de antecedentes policiales. Sus vecinos hablan de ambos como de dos personas muy trabajadoras, «traballadores natos os dous». Ningún problema que hubiese trascendido, más allá de la posibilidad de algún trastorno psíquico, tal vez de un episodio depresivo, del que se hablaba en Bronllo, pero no ha podido ser confirmado de forma oficial.

El alcalde del municipio arousano se puso en contacto con la Secretaría Xeral de Igualdade. Tampoco en Santiago hay rastro de ningún expediente vinculado a la violencia sobre la mujer. «Nin no Concello; non hai nada», reiteró Bello Maneiro, que apenas podía hablar.

Javier Bello, natural de Carracedo (Caldas de Reis), había trabajado en varias empresas de la zona. También María Jesús Aboy. Quienes los conocían recuerdan que él era una persona extremadamente tímida, retraída, poco habladora. Pero también tranquila. «Non sabemos -insisten- que puido suceder».

Una licencia de caza

El asesino poseía permiso de armas. Era, dicen, muy aficionado a la caza, aunque hacía tiempo que no salía al monte. En su casa, la Guardia Civil encontró una segunda escopeta, además de la que Bello disparó sobre su esposa y sobre sí mismo. En los últimos días se le había visto conduciendo un tractor con el que se dedicaba a recoger leña. Poco más.

Anoche, el regidor de Valga anunció la convocatoria de un pleno extraordinario que la corporación municipal celebrará este mediodía, a las doce. A continuación se desarrollará una concentración a las puertas del consistorio. La consternación no impidió que Bello Maneiro confirmase que todos los indicios apuntan a un asesinato de corte machista. «Como os que se están vendo en toda España», añadió el alcalde, como en trance de asumir que el horror que puebla los telediarios también puede desencadenarse en tu propia casa.

El crimen de Setecoros deja ahora tras de sí un legado de devastación que un equipo de psicólogos se encarga ya de traducir y amortiguar por lo que respecta a los hijos y a la familia más cercana del matrimonio. El resto queda en manos de la Guardia Civil y de los juzgados de Caldas. 

Es la segunda víctima de violencia machista este fin de semana, después de que una mujer fuese asesinada en Estepona a última hora del sábado por su marido. También es la segunda gallega que muere a manos de su marido en tres días, después de la muerte de una mujer de Sober en Madrid

Entierro de la víctima de Sober

Precisamente en la tarde de este domingo se celebraba en Sober el entierro de la mujer asesinada el viernes en Madrid. Cientos de personas participaron el funeral. La fallecida llevaba mucho tiempo viviendo en Madrid, pero había nacido en Sober, conservaba familiares en este municipio cercano a Monforte y venía con frecuencia a visitarlos. El Ayuntamiento de Sober tiene decretados dos días de luto en protesta por este crimen.

El funeral por E.D.M. se celebró a las seis de la tarde en la iglesia de Rosende. Acudieron familiares y amigos de la víctima llegados desde Madrid y muchos vecinos del municipio en el que había nacido hace 63 años. Entre los asistentes estaban el alcalde de Sober, Luis Fernández Guitián, y la diputada autonómica Raquel Arias, vecina de este municipio. Tras el oficio religioso, la mujer fue enterrada en el cementerio parroquial de Rosende, informa Carlos Cortés.

Mientras tanto, la Policía Nacional trata de determinar cómo se produjo el suceso. El cuerpo sin vida de E.D.M. y de su marido, el abogado jubilado de 81 años Luis Díaz Pintado, fueron encontrados este viernes por la mañana en el piso que los dos compartían desde hacía años en el barrio madrileño de Ciudad Lineal. La puerta de la casa había sido cerrada con llave desde dentro y los cadáveres presentaban disparos. El cuerpo del hombre estaba en una habitación junto a su escopeta.

Doce mujeres asesinadas por la violencia machista en España en lo que va de año

Doce mujeres han muerto en España a manos de sus parejas o exparejas en lo que va de año. Enero fue el mes más negro con seis víctimas confirmadas y otros dos casos de posible violencia machista bajo investigación. Rebeca de 26 años se convirtió en la primera víctima mortal del machismo en el 2019 cuando solo habían pasado tres días desde el arranque del año. Fue apuñalada hasta morir por su novio en Laredo (Cantabria). Leonor, de 47 años, en Fuengirola (Málaga), Rebeca, de 48, en Zaragoza, Rosa, de 69, en Dos Hermanas (Sevilla) y Kelly, de tan solo 17, degollada por su novio de 19 años en Reus (Tarragona) completan una macabra lista que también incluye a una anciana de 95 años que falleció en un hospital de Toreno (León) tras una paliza de su marido.

El 3 de febrero fue Santa Cruz de Tenerife la localidad sacudida por la muerte de Rosa María, una mujer de 60 años brutalmente golpeada por su pareja de 58. Seis días después, Sheila de 29 años dejaba huérfanos a cinco hijos tras ser asesinada por su pareja en Planes (Alicante).

Marzo, el mes más simbólico para la lucha feminista, está siendo negro. En tan solo tres días la violencia machista ha segado tres vidas. El mismo día 8 Estrella Domínguez, de 63 años y natural de Sober, aparecía muerta en Madrid con un tiro de escopeta propinado por su marido. El día 9 era una mujer de 58 años la que moría apuñalada por su marido y en presencia de su hijo en el municipio malagueño de Estepona. Este domingo día 10 la barbarie ha tocado el concello pontevedrés de Valga.

Dos víctimas gallegas

El asesinato registrado en Valga abre el luctuoso contador de la violencia machista en Galicia. María Aboy se convierte en la primera víctima mortal de esta lacra en territorio gallego en este 2019. Es, sin embargo, la segunda mujer gallega muerta a manos de su expareja ya que Estrella Domínguez, asesinada el viernes en Madrid, había nacido en Sober.

Más denuncias y condenas en el 2018

Según las estadísticas judiciales del CGPJ (Consejo General del Poder Judicial), el año pasado las denuncias presentadas ante los juzgados de violencia sobre la mujer de la comunidad crecieron un 1,6%, hasta sumar 6.537. Más de seis mil mujeres denunciaron ante la justicia ser víctimas de violencia machista en el 2018.

También creció el número de sentencias condenatorias, casi un 19%, hasta alcanzar las 685. En cuanto al número de personas enjuiciadas por violencia de género en Galicia fueron 791, de las que 686 acabaron siendo condenadas.

El 016 es el teléfono contra la violencia de género. Es gratuito y no la llamada no queda registrada en la factura.