La violencia machista se ceba con Baleares, Valencia, Murcia y Canarias

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Minuto de silencio por Laura Luelmo a las puertas del Ayuntamiento de Sevilla
Minuto de silencio por Laura Luelmo a las puertas del Ayuntamiento de Sevilla AYUNTAMIENTO DE SEVILLA | EUROPA PRESS

Junto con Andalucía, son las que superan la media estatal de víctimas de agresiones

09 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, tampoco es inmune a la fatalidad. Como podía haber sucedido cualquier otro, un hombre de unos 80 años acabó con la vida de su esposa en una vivienda del distrito madrileño de Ciudad Lineal, según las primeras pesquisas de la Policía Nacional, que trabaja con la hipótesis de que se trata de un caso de violencia machista. El octogenario cogió una escopeta de caza y le disparó a la mujer antes de quitarse la vida del mismo modo, según un portavoz de la Jefatura Superior de la Policía de Madrid.

De confirmarse, sería la décima víctima mortal en lo que va del 2019, además de un caso que todavía está en fase de investigación. Como consecuencia de estos asesinatos, ocho menores han quedado huérfanos.

El número de mujeres víctimas de violencia machista no deja de creer en España, según las estadísticas del Observatorio contra la violencia doméstica y de género, dependiente del Consejo General del Poder Judicial. En su último informe sobre el año 2018 dado a conocer este viernes destaca que Baleares, Valencia, Murcia, Canarias y Andalucía son las comunidades autónomas que, con diferencia, tienen más mujeres víctimas de esta lacra, pues superan la tasa del 77 % por cada 10.000 féminas y, por tanto, el 66,56 %, que es la media estatal. Cabe resaltar que las islas Baleares lideran este penoso ránking por segundo año consecutivo.

En el lado opuesto se encuentran las comunidades de País Vasco, Galicia, Extremadura y Castilla y León, que no llegan al 50 %.

El citado informe anual recoge asimismo un aumento del número de denuncias (166.961) durante el 2018 frente al año anterior (166.260), lo que supone un incremento del 0,4 % respecto al 2017; de víctimas de violencia (158.590 el año pasado, frente a las 158.217 del 2017, un 0,2 % más), de las personas enjuiciadas en los juzgados de violencia machista (21.043 varones y 174 mujeres por los 19.991 de hombres y 68 mujeres del 2017); de condenas y de órdenes de protección. De estas últimas fueron incoadas 39.176 durante el 2018 y 38.501 en el 2017 y fueron adoptadas algo más de 27.000 frente a las poco más de 26.000 en el ejercicio anterior. También el número de menores sobre los que se adoptaron órdenes y medidas aumentó, al pasar de 867 a 907 en el último año. Ayer mismo, agentes del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Valencia detuvieron a un hombre por intentar estrangular a su pareja, una menor de edad, mientras conducía junto a ella por la localidad de Monserrat (Valencia). 

Más sentencias condenatorias

La violencia machista contra la mujer la protagoniza en mayor medida, según las cifras del citado observatorio, el cónyuge o la persona con la que la mujer mantiene una relación afectiva (19.724 de los casos), frente a aquellas agresiones desempeñadas por excónyuges o exparejas (19.450).

En cuanto a las sentencias condenatorias por violencia de género, han subido al 70,4 %, y las denuncias relacionadas con esta causa, un 0,4 % en el 2018, según el Consejo General del Poder Judicial. Así, el documento constata un aumento interanual de un 3,1 % en las condenas en los órganos judiciales, con un máximo histórico anual del 70,45 % (por lo que siete de cada diez sentencias por violencia de género fueron condenatorias en el 2018).

Además, algo más de un 69 % de las denuncias presentadas lo fueron por la propia víctima, directamente en el juzgado o a través de atestados policiales, mientras que las denuncias por intervención directa de la policía se sitúan en torno al 15 % de los casos.

La presidenta del observatorio, Ángeles Carmona, califica estas cifras de «inasumibles, impropias de una sociedad madura y civilizada» y destaca que es «muy positivo» comprobar cómo aumentan las condenas y «satisfactorio» ver cómo se incrementan las medidas de protección de las víctimas.