Cursos de autoprotección para mujeres: contra la violencia, sentido común

Alexandre Centeno Liste
alexandre centeno REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Un grupo de mujeres durante una de las sesiones del programa contra los ataques sexuales
Un grupo de mujeres durante una de las sesiones del programa contra los ataques sexuales EDUARDO PÉREZ

La Xunta promueve jornadas de defensa personal que ayuden a las gallegas ante ataques sexuales o machistas

03 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«El sentido común y la tranquilidad son las mejores técnicas de autoprotección que existen. Una vez que tengáis eso claro, podréis aplicar algunos consejos que os iremos dando para, ante todo, evitar entrar en pelea, que es lo que nosotros queremos». De esta manera tan clara comienzan Jesús Rial y Antonio García una de las jornadas de defensa personal para mujeres que la Secretaría Xeral de Igualdade, la Academia Galega de Seguridade y la Federación Galega de Loita organizan en más de veinticinco municipios y mancomunidades cada año.

En la pasada edición fueron más de 500 gallegas las que participaron en una iniciativa con la que intenta reducir la escalofriante cifra de víctimas que se producen cada año en la comunidad (341 agresiones sexuales, 332 abusos sexuales y 6.500 denuncias por violencia machista son las cifras aportadas por la Fiscalía Superior de Galicia con relación al pasado ejercicio).

Los cursos, abiertos a cualquier mujer, están diseñados con especial cuidado para que puedan acudir víctimas de delitos contra la libertad sexual o de violencia machista. «Las jornadas están supervisadas por psicólogos y en todas contamos con instructoras, porque hay mujeres que se sienten más cómodas evitando la interactuación con hombres. Tenemos que ser muy cuidadosos con eso porque hay situaciones de contacto en las que pueden venirles recuerdos a la cabeza y generar una tensión que tratamos de evitar a toda costa», explica Antonio García, especialista titulado en defensa personal y entrenamiento táctico policial.

José Luis Olazábal, presidente de la Federación Gallega de Lucha hace énfasis en esa mezcla de víctimas y no víctimas: «En algunos casos hemos realizado algunas jornadas solo para mujeres que habían sufrido algún tipo de violencia sexual o machista. Pero entendemos que es mejor que se integren dentro de grupos heterogéneos, en los que ninguna mujer conoce el historial de la de al lado. Los profesionales de la psicología con los que trabajamos entienden que es mejor así», subraya.

Desde el primer instante de las jornadas, los instructores insisten en que «con unas horas nadie sale formado en defensa personal». Para ello «deben acudir a centros especializados y dedicarle tiempo». Por este motivo, Antonio García dice que «lo que se les explica son técnicas muy sencillas: cómo apartar o esquivar una mano que te va a golpear, cómo dar un rodillazo rápido y efectivo o cómo arrojar un objeto al agresor para ganar tiempo y huir». «Fundamentalmente -prosigue-, como les decimos, es recordar lo que ya saben, pero es bueno tenerlo bien memorizado y listo para echar mano de eso».

Tratar de evitar sitios poco concurridos; realizar una inspección ocular derecha-izquierda de la calle cuando se sale del portal; no ir centradas en el móvil, porque las aísla del entorno; llevar las llaves en la mano, bien para entrar rápido en el coche, bien para defenderse con ellas; cruzar de acera si perciben que alguien las sigue... son algunas de las normas básicas y elementales que los responsables de estos cursos recuerdan a las alumnas antes de meterse en faena de las técnicas de defensa.

Indumentaria y melena

Al margen de estas pautas elementales, los instructores insisten a las alumnas en que una buena preparación física o una indumentaria cómoda también pueden ayudar a escapar, por ejemplo, o en un forcejeo.

Asimismo, existen unos patrones de actuación de los violadores que es bueno tener en cuenta. «Hay estudios que dicen que las mujeres con el pelo largo son más propensas a ser atacadas, porque se las puede agarrar fácilmente por la melena y porque los agresores se suelen sentir más atraídos. Por eso, a veces es bueno, si una mujer va al trabajo muy temprano y a oscuras, ir con el pelo recogido bajo una gorra», explica Antonio García.

«Nadie está libre de pasar un mal rato, y es importante saber cómo poder prevenirlo»

a. c.

Su condición de policía local no la exime de ser una potencial víctima de cualquier violador. Por eso Paula López Vila es una de las mujeres que han participado en uno de los numerosos cursos de autoprotección que se imparten por toda Galicia. En este caso, en el que organizó en A Coruña la secretaría de igualdad de Comisiones Obreras.

-¿Qué la llevó a apuntarse en estas jornadas?

-Pues que considero que nadie está libre de pasar un mal trago un día y conviene que alguien te explique cómo actuar y te recuerde cosas que sabes pero que quizá no tienes presentes en todo momento. Sabía de la existencia de estos cursos y creo que es aconsejable para toda mujer.

-Como policía que es, poco habrá aprendido que no supiera.

-Es que no se trata tanto de aprender como de que te recuerden cosas que todas las personas sabemos. Cuando los instructores dicen, por ejemplo, que hay que ir con las llaves en la mano, todas caemos en la cuenta de que es cierto, pero ninguna lo hacemos. Estas jornadas sirven para mentalizarnos y recordarnos la importancia de seguir determinadas pautas que van más allá de poder dar un puñetazo o una patada.