En su lugar se levantará otro establecimiento hotelero más respetuoso con el paisaje
27 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Vigo dijo ayer adiós a un icono del feísmo urbanístico. El viejo hotel Samil ya es historia en la ciudad. En su lugar se levantará otro establecimiento hotelero más respetuoso con el paisaje. La enorme mole de hormigón de siete alturas dejará de suponer una barrera visual en plena costa.
Una vez cumplido el período de concesión, el Ayuntamiento volvió a sacar a concurso la parcela donde se ubica.
El inmueble estuvo abandonado durante tres años hasta que lo adquirió en la subasta pública el empresario coruñés Manuel Jove. Pagó 2,6 millones de euros sobre un precio de salida de 2,1 e invertirá más de 20 millones de euros en el futuro complejo turístico. La previsión es inaugurarlo en otoño del 2020.
La sociedad limitada unipersonal Attica 21 Hoteles es la dueña del futuro establecimiento, que tendrá cuatro estrellas y dispondrá de 125 habitaciones repartidas en varios bloques. Como máximo, las construcciones tendrán cuatro alturas. Contará con una amplia piscina descubierta, un spa y una sala de convenciones para albergar congresos y poder mantener un elevado nivel de ocupación a lo largo de todo el año. Reservará además un espacio para adecuar un aparcamiento de 102 plazas.
Los primeros 100.000 euros de la inversión serán para no dejar rastro del edificio antiguo, trabajos que durarán unos cuatro meses. Con la demolición acabará una etapa de abandono. Los okupas invadieron el inmueble tras el cierre y lo destrozaron por dentro. Durante sus últimos tiempos, solo seguían abiertas las pistas de tenis exteriores, que se utilizaban para dar clases a los aficionados a este deporte.
El Ayuntamiento llegó a contratar una empresa de vigilancia para frenar el vandalismo. La Policía Local identificó a varios jóvenes que se habían colado dentro y que incluso habían llevado colchones para poder dormir.
Los últimos años no fueron buenos para el hotel. Los anteriores gestores se vieron obligados a cerrar en invierno debido al bajo nivel de ocupación fuera de la época estival. Tras acumular cuantiosas pérdidas, planteó un ERE a los nueve trabajadores que quedaban fijos en plantilla. Una ocupación de un 80 % en verano no fue suficiente para levantar el negocio.
En su día, empresas vinculadas al mundo del juego sondearon la posibilidad de establecerse en el inmueble con un gran casino. Este competiría con el de A Toxa y con otros que están situados en el norte de Portugal. Pero el proyecto no se llevó a cabo y los nuevos propietarios apuestan por la zona con una idea de negocio en la que prime la calidad.
La portavoz del PP, Elena Muñoz, abogó ayer por impulsar un proyecto integral para recuperar todo el entorno de Samil.