Feijoo rectifica donde más le duele

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

PACO RODRÍGUEZ

La retirada de la figura del pediatra de área evita echar leña al fuego de un otoño sanitario caliente

27 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La Xunta y rectificar, con todas sus variedades expresivas, no son un sujeto y un verbo que abunden en las hemerotecas. Unos lo achacarán a un prodigioso acierto ejecutivo y otros al rodillo de la mayoría, pero lo cierto es que Google colapsa al echar la vista atrás para encontrar autoenmiendas de este Gobierno gallego (el anteproyecto de la Lei de Acuicultura del 2016 y poco más). Una disposición adicional metida con fórceps en la ley de acompañamento de los presupuestos ha alterado el paseo legislativo de los populares al tratar de deslizar un texto que, seguramente de buena fe, pretendía arreglar un problema bien diagnosticado: nos faltan pediatras.

Los cambios organizativos, unilaterales, soliviantaron a los profesionales de esta especialidad, que llevaban meses sentados con el Sergas intentando arreglar un problema que no es exclusivo de Galicia y que incluso va más allá del Pirineo. En la Europa más envejecida faltan médicos que se encarguen de nuestros niños de forma personalizada y cercana, que es, en resumen, lo que reclaman los papás y las mamás para sus pequeños tesoros.

Es un conflicto que solo se puede enmarcar en el primerísimo mundo y que en las arcadias nórdicas y en las locomotoras de la UE, donde también hay más arrugas que pañales, han solucionado sin excesivos complejos potenciando la figura, los conocimientos y el prestigio del médico de familia. Y probablemente el salario y la estabilidad laboral, que eso también hay que decirlo.

Un 40 % del presupuesto

A Feijoo le duele la sanidad pública más que ninguna otra cosa porque posiblemente es el político de primera línea que más sabe del asunto, pero con el piropo va la penitencia, porque en su empeño por situar al Sergas a la altura de sistemas de salud prestigiosos como el vasco no termina de coser las costuras de una bata gigante e insaciable que suma 40.000 nóminas públicas y un gasto en farmacia disparatado. El 40 % del presupuesto de la Xunta, nada menos.

A la espera de que el Ministerio de Sanidad amplíe el número de plazas mir y de que se equilibre la demanda académica, la falta de pediatras es, objetivamente, un esguince leve. Si la fórmula funcionase como un reloj suizo, sería un pequeño lujo occidental en términos asistenciales cuyas flaquezas tienen una comprensión aceptable para buena parte de la población.

Pero no siempre hay una respuesta del primer mundo a las debilidades del sistema. La muerte de un hombre en el PAC de A Estrada, los tratamientos de la hepatitis C, los colapsos crónicos de las urgencias en los picos de la gripe, las bromas pesadas en las que se convierten algunas citas médicas, las delirantes esperas quirúrgicas por males menores o los cierres veraniegos de camas serán la leña de un otoño que se presenta caliente para el sistema de salud gallego, que deberá pasar un exhaustivo chequeo en la comisión parlamentaria impulsada por la oposición. Feijoo pondrá la cara, pero no esperen ambulancias a las puertas de O Hórreo.

Dos apuntes

Bugallo regresa caminando

Bugallo volverá a intentar ser alcalde de Santiago. Desde hace un par de años camina más de diez kilómetros diarios, pero es habitual verlo por la ciudad hablando con los vecinos. El otro exregidor que se batirá con Noriega es Agustín Hernández (PP), que presume de corredor. Quizás ese sea su problema, que no se para.

Inscritos, inscritas y algunos invitados

El sistema de votación de Podemos permite que cualquiera participe en los procesos electorales internos con inscribirse unas semanas antes. Los partidarios de Bescansa, elegante en la derrota, dan por descontado en privado que existió un desembarco de simpatizantes de En Marea difícil de precisar que apuntalaron la «confluencia» con Gómez-Reino.