Las pousadas de O Salnés, un proyecto que funciona a medias

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso VILAGARCÍA / LA VOZ

GALICIA

MONICA IRAGO

Solo dos de los cuatro hoteles construidos por la Diputación de Pontevedra están operativos

26 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Las Pousadas do Salnés nunca han estado exentas de polémica. Este proyecto, financiado por la Diputación de Pontevedra con una ayuda de la Unión Europea, recibió críticas casi desde su nacimiento, pues muchos no entendieron por qué una entidad pública tenía que promover cuatro hoteles -uno en Meaño, otro en Ribadumia, otro en Meis y el último en O Grove-, un negocio que iba a suponer una clara competencia para el sector turístico de la comarca. Una década después de que esta iniciativa diera sus primeros pasos, la controversia sigue rodeándola. Porque solo dos de los cuatro establecimientos (A Lanzada y Meis) están actualmente funcionando de la mano del grupo Hotusa, que debería haber asumido también la gestión de los otros dos. La Diputación confía en ceder a esta empresa la Pousada de Meaño durante el mes próximo, pero la de Ribadumia no tiene tan fácil solución. El Concello sigue trabajando para legalizar el proyecto y poder conceder la licencia de ocupación, argumenta su alcalde, David Castro.

Explicaba la Diputación cuando presentaba el proyecto, que solo en Europa existían 36 millones de personas con algún tipo de discapacidad. Y que ellas iban a ser las principales destinatarias de estos cuatro hoteles que, además de ser edificios singulares, tendrían en común el ser completamente accesibles. Sin escaleras, con baños y habitaciones completamente adaptados para que la gente con problemas de movilidad pudiese desenvolverse sin problema. Por eso no iban a suponer competencia con los establecimientos hosteleros de la comarca, porque estaban pensados para atraer a un público que no tenía hueco en la oferta actual. La obra buscaba también incrementar el turismo en los municipios del interior de O Salnés, por eso tres de los hoteles se proyectaron en las localidades de Meis, Meaño y Ribadumia, que no disponen de la oferta de sol y playa que sí tienen otros concellos vecinos. El proyecto se completaba con la construcción de cincuenta kilómetros de rutas de senderismo también accesibles y con la excavación de dos yacimientos, el de Monte do Castro en Ribadumia y el de A Lanzada, en Sanxenxo.

Finalmente, las obras comenzaron a finales del 2011. En A Lanzada se aprovechó el viejo sanatorio para abrir un hotel de 23 habitaciones con vistas a la playa y que, según el presupuesto inicial, iba a costar 1,3 millones de euros. Las otras tres Pousadas fueron de nueva construcción, con proyectos constructivos innovadores e integrados con el entorno. En Meaño, por ejemplo, se habilitó un hotel con 24 habitaciones y un pequeño spa cuya fachada tiene forma de tonel de vino. Costó 2,7 millones. La de Ribadumia fue la más cara, tres millones de euros. Tiene 26 habitaciones y una piscina que, hasta ahora, no ha sido estrenada. Y en Meis se ubicó al lado del monasterio de Armenteira un edificio de 26 habitaciones, en el que se invirtieron 2,5 millones.

Desde el principio, la Diputación, que entonces presidía el popular Rafael Louzán, apostó por ceder la gestión de las cuatro Pousadas a un grupo hotelero. Convocó un concurso público que quedó desierto. Finalmente, los cuatro hoteles fueron adjudicados a Hotusa, que entonces no tenía presencia en la comarca arousana. El contrato establecía que la empresa explotaría estos establecimientos por un plazo de doce años y que tendría que tenerlos abiertos durante un mínimo de nueve meses. A cambio, debería ingresar en las arcas provinciales el 11 % de los beneficios.

En esas estaban cuando las elecciones municipales provocaron un cambio en el gobierno de la Diputación. La nueva presidenta, Carmela Silva, nunca ocultó su malestar con este proyecto y denunció que el mismo había tenido un sobrecoste de 20 millones de euros. También, que la tramitación ocultaba numerosas irregularidades y que por ello la cesión a Hotusa se iba a demorar más de lo previsto. Así fue. A día de hoy, dos de estos lujosos establecimientos permanecen cerrados a cal y canto. El grupo hotelero se hizo cargo de los hoteles de A Lanzada y Armenteira, que están funcionando desde hace años. El de Meaño, en cambio, tenía algunos problemas. La Diputación explica que actualmente se están terminando algunas obras y que en septiembre el inmueble estará en manos de Hotusa. Más incierto parece el futuro de la de Ribadumia. El alcalde sostiene que fue construida sobre terrenos de la iglesia y que la obra no se ajustaba al proyecto. Solventar todo eso se está demorando más de lo previsto y, mientras, el edificio se está deteriorando. La maleza rodea a un inmueble que costó 3 millones.

el pasado

El proyecto consistió en la construcción de cuatro hoteles totalmente accesibles en Meis, Ribadumia, Meaño y O Grove, en habilitar 50 kilómetros de rutas de senderismo y en la excavación de dos yacimientos.

el presente

Actualmente están funcionando las Pousadas de A Lanzada y Meis, gestionadas por Hotusa. La Diputación confía en ceder el mes próximo la de Meaño. La de Ribadumia sigue pendiente de permisos.