La lucha para hacerse con el favor de las mareas marca el plenario de En Marea

No habrá suspense en torno a los alcaldes, porque al menos el de A Coruña y el de Santiago ya anunciaron que no irán al plenario de En Marea que se celebra hoy en la Facultade de Económicas de la USC. Tampoco lo harán los representantes orgánicos de Esquerda Unida ni de Podemos. Pero la cita mantiene un cierto nivel de intriga, porque sí será interesante saber qué mareas acuden a la sesión en la que se marcarán las líneas políticas básicas para las municipales y cuáles harán como si la convocatoria no fuese con ellos. No cabe duda de que estarán presentes las mareas municipales ya consolidadas o en proceso de creación afines al sector oficial de En Marea, y es posible que lo hagan también las que se mantienen al margen y evitan tomar partido por alguna de las tendencias que dividen el partido instrumental. Pero está por ver si lo hacen las que se alinean en el sector crítico y no admiten injerencia alguna, o si acuden pero solo para hacer valer sus tesis, como ocurre con Compostela Aberta, que pedirá más autonomía para las mareas locales.

En general, las mareas de Lugo y de Ourense son fieles a Luís Villares, aunque con excepciones. Porque una cosa es el Ourense rural -donde el alcalde de Manzaneda, Félix Domínguez, o el diputado autonómico Davide Rodríguez se mantienen próximos a la línea oficial- y otra es la ciudad, donde Ourense en Común se posiciona claramente en el sector crítico, lo mismo que Compostela Aberta, Marea Atlántica o Ferrol en Común.

Una situación parecida se vive en la capital lucense, donde Lugonovo sufrió diversas fracturas, primero con la marcha de los representantes de Podemos y ahora dividido, pese a contar entre sus filas con la viceportavoz de En Marea, Victoria Esteban. Pero no es la única marea crítica en la tierra de Luís Villares. El único concejal de Vilalba Aberta, Modesto Renda, llegó a formar parte de la coordinadora presidida por el juez en excedencia, pero la dejó poco después para alinearse claramente de parte del sector crítico.

Pontevedra repite el esquema, pero a la inversa. Los concejales de Marea Pontevedra son afines a Villares y, sin embargo, en Sanxenxo se acaba de crear una marea aupada por el sector crítico. En Vigo la situación es particular. Dos concejales de Marea de Vigo son de Anova y otro, de Esquerda Unida, y no se posicionan a favor o en contra de ninguna de las tendencias, lo mismo que ocurre con las mareas que gobiernan o están en la oposición en los ayuntamientos del Deza o de Barbanza.

Pero el sector oficial y el crítico se desviven por hacerse con el favor de las mareas para ganar fuerza en la contienda, y si hoy los convoca En Marea, que ya antes celebró encuentros provinciales con sus representantes, para el 28 de abril la llamada parte del sector crítico, que organiza en Mos el tercer Encontro Municipalista, después de los que tuvieron lugar en Ourense y en Santiago. O sea, que habrá más batallas en la guerra interna.

Pablo Iglesias garantiza «como excepción» marcas como la de la Marea Atlántica

Pablo Iglesias confirmó ayer que, si bien Podemos apuesta por su propia marca en las elecciones municipales del 2019, hará excepciones con aquellas que ya están consolidadas y que «funcionan bien» desde el año 2015, cuando Podemos decidió no presentarse a las elecciones y apoyó las llamadas candidaturas del cambio o listas rupturistas. El líder de la formación morada hizo esas declaraciones en una entrevista en la que se mostró a favor de que esas marcas se mantuviesen en los próximos comicios sin que Podemos aparezca en sus papeletas, y se refirió a «Ahora Madrid, Barcelona en Comú, Marea Atlántica y algunas más».

Pero, recordó, serán los inscritos quienes lo decidan en una pregunta que se les va a plantear la semana que viene y que, en el caso de Galicia, se hará en todo el territorio, incluso en las ciudades de la provincia de A Coruña en las que gobiernan las mareas a las que hacía referencia Iglesias.

Con información de R. Pérez, M. A. Cabana, M. Ascón, A. Gerpe, M. Otero, Serxio Barral, X. M. Palacios y M. Gago.

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