La velutina, el enemigo escurridizo

maría santalla REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

xoan a. soler

La avispa asiática ya no solo está en los árboles: a veces aparece también a ras de suelo

22 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los científicos trabajan para frenar la invasión de la velutina en Europa. Varias investigaciones en Francia, Italia y España, algunas de ellas en Galicia, tratan de dar con un biocida eficaz para controlar la expansión de esta especie invasora llegada de Asia. Es una batalla contrarreloj. Y por ahora el tanteo parece favorecer a la avispa. La rapidez con la que este insecto se adapta a las nuevas condiciones está sorprendiendo incluso a los investigadores. Si hasta hace apenas un año se decía que la velutina no colonizaría las zonas de alta montaña de Galicia, ahora ya nadie sostiene esa afirmación de forma tan categórica, pues cada vez se encuentran nidos a mayor altura.

Otra de las certezas que se tambalean es la de que la velutina hace sus nidos primarios en alpendres y voladizos bajos y se traslada después a las copas de los árboles. Aunque mayoritariamente sigue siendo así, han aparecido ya algunos nidos en muros bajos e incluso a ras del suelo. La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla) advirtió ayer precisamente de esto, de que la avispa asiática está comenzando a hacer sus nidos fuera de las copas de los árboles, una circunstancia que la vuelve menos previsible y, por lo tanto, más peligrosa.

La asociación destaca que se trata de una especie que se expande rápidamente y que resulta casi imposible de erradicar debido a su capacidad de adaptación. Para su control es preciso utilizar métodos químicos autorizados y para su aplicación debe intervenir, insisten los representantes de Anecpla, personal capacitado y experto.

Las empresas del sector de la sanidad ambiental inciden en que el efecto de la avispa velutina sobre las colonias de abejas es muy acusado. Cada avispa asiática puede capturar entre 25 y 50 abejas al día, a las que mata con un golpe de mandíbula para después descuartizarlas y llevarlas al nido, donde alimenta con ellas a sus larvas. Su impacto económico sobre el sector apícola, por tanto, es importante, con una merma de la producción, dice Anecpla, de hasta el 60 %. Las medidas de control consisten, recuerda el colectivo, en la utilización de métodos químicos, es decir, la inyección de un biocida autorizado en el nido para provocar la muerte de las avispas en su interior.

En Galicia se encargan de esta tarea profesionales especializados o de Protección Civil o de los cuerpos de bomberos. La caída de las hojas, que deja al descubierto los nidos, unida a la psicosis creada tras la muerte hace ocho días de un hombre en O Porriño por picaduras de velutina, ha multiplicado el trabajo de estos servicios. Los bomberos de Vigo creaban, precisamente a raíz de este incidente, un grupo dedicado a la eliminación de nidos, aunque ya antes se encargaban de hacerlo.

Ayer, el Concello de Pontevedra hacía balance y decía que en los últimos cuatro meses retiró más de 350 nidos. Para ello puso en marcha un plan de choque diseñado especialmente para combatir esta especie.

18.000 nidos

Los servicios de la Xunta, por su parte, han retirado en lo que va de año más de 18.000 nidos. La presencia de velutina se va incrementando cada año, y su expansión territorial también. En poco más de tres años ha pasado de su localización inicial en Galicia en las zonas de A Mariña y O Baixo Miño a colonizar por completo las provincias de A Coruña y Pontevedra, prácticamente toda la provincia de Lugo y los concellos del área occidental de Ourense. Su rápida expansión desmiente otra de las creencias relacionadas con la velutina: la de que avanza cada año unos 50 kilómetros. En algunas zonas su avance es mucho mayor.