Punto de partida para las municipales

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

ed carosia

PP y BNG viven sus mejores etapas de unidad interna, que contrasta con las tensiones del PSdeG y En Marea

24 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El 2017 y el 2018 son, al menos en Galicia, dos años yermos desde el punto de vista electoral. La última vez que los gallegos acudieron a las urnas fue con motivo de las autonómicas de septiembre del 2016 y la próxima vez que volverán -salvo que Mariano Rajoy utilizara su prerrogativa para hacer algo extraordinario- será en mayo del 2019 para renovar las alcaldías y las corporaciones locales. Así que la radiografía que capta la encuesta elaborada por Sondaxe para La Voz es la de un período valle para la política, de esos que agrada a los gobiernos, porque pueden tomar decisiones sin el estrés de una convocatoria electoral inminente, y que las fuerzas políticas acostumbran a aprovechar para celebrar sus procesos internos y afinar sus estructuras, como están haciendo todas ellas. Es la foto del punto de partida para afrontar las municipales, un camino que tanto el PP como el BNG ya han empezado a recorrer, y al que se sumarán también En Marea y el PSdeG-PSOE.

los actores

Cuatro fuerzas consolidadas y dos bloques distintos. El mapa político gallego se ha estabilizado con cuatro actores políticos principales, PP, PSOE, BNG y el espacio que representa En Marea, una formación que tiene sus orígenes en el 2012, cuando se creó el precedente de Alternativa Galega de Esquerda (AGE), y que pese a estar sometida a un constante proceso de aggiornamento llegó para quedarse. La principal diferencia con la escena estatal es que el proyecto de Ciudadanos, con una intención de voto directo del 1,6 %, está muy lejos de cuajar en Galicia. lo que deja al Partido Popular como la única fuerza con capacidad para gestionar en régimen de monopolio el amplio espacio que va del centro a la derecha, mientras las tres fuerzas restantes se disputan la izquierda. Y esas son, precisamente, las dos grandes combinaciones a efectos de gobernabilidad: un PP monolítico, en un lado, y una izquierda fragmentada en tres sensibilidades políticas, en el otro.

respaldo electoral

Alta fidelidad del votante popular y nacionalista. Basta con ver los datos sobre los trasvases de voto entre las diferentes partidos para comprobar que el Partido Popular, seguido del BNG, son las dos fuerzas políticas que gozan en estos momentos de mayor fidelidad entre sus votantes. Según el estudio de Sondaxe, el PP está en condiciones de retener al 87,5 % de sus electores, casi nueve de cada diez; una proporción bastante similar a la que muestra el BNG, con una fidelidad de voto del 82,9 %. Coincide, además, que PP y Bloque son las dos fuerzas que se muestran más estables y cohesionadas a nivel interno, en contraposición a lo que ocurre con En Marea y el PSdeG, cuya hoja de ruta aparece marcada por las tensiones orgánicas. Eso explica que su apoyo sea más volátil, especialmente en caso socialista, donde la fidelidad del voto cae al 69,9 %, un dato que En Marea es algo más favorable al situarse en el 78,3%.

partido popular

Las diputaciones son puestas en el punto de mira. El día que el PP se congregó en la carballeira de San Xusto para el acto de inicio del curso político, Feijoo no perdió la oportunidad de plantear desafíos. Soltó con desazón que su partido solo logró gobernar una de las cuatro diputaciones gallegas, palabras que dejaron a Baltar pletórico, pero que para Diego Calvo, Alfonso Rueda y Elena Candia fueron una verdadera exhortación. Ahí reside el principal objetivo de un PPdeG que cede 1,7 puntos en la encuesta, un objetivo que consiste en sacarle el máximo rédito al contexto de recuperación económica y la fragmentación de la izquierda para retener el máximo número posible de alcaldías (atesora 148 mayorías absolutas, es decir, casi una en cada dos concellos) y arrebatarle a los socialistas la presidencia de las tres diputaciones que tienen. Y sin perder de vista la recuperación de poder en las ciudades, pues en el 2015 solo lograron la alcaldía de Ourense.

en marea

La progresión electoral continúa, pero más lenta. La formación En Marea irrumpió hace un año en la escena política gallega obteniendo 14 diputados, los mismos que el PSdeG, aunque en la foto finish de los votos se confirmaron como la segunda fuerza tras el PP. Nunca antes un partido había tenido tanto éxito en su debut en Galicia, pues Coalición Galega se estrenó con 11 escaños en O Hórreo en 1985. La formación que lidera Luís Villares tiene perspectiva de progresar electoralmente, pues Sondaxe le asigna un punto más en estimación de voto, que le permitiría sumar un diputado más, si bien es un avance discreto en relación a sus planteamientos iniciales, que comprometería en gran medida su amplia implantación en los gobiernos locales inherente a cualquier partido con vocación mayoritaria. La principal amenaza de En Marea reside en su interior, en la brecha que separa a su dirección de fuerzas como Anova, Esquerda Unida y parte de Podemos que fundaron el nuevo partido. El 14 % de las personas que votaron a esta formación en las autonómicas del 2016 están ahora indecisos y una porción muy pequeña mira al BNG. Y eso puede ser una dificultad añadida para que sus filiales locales (Ferrol en Común, Compostela Aberta y Marea Atlántica) revaliden las alcaldías de las ciudades.

partido socialista

Necesidad de acabar con la moratoria para poder crecer. El regreso de Pedro Sánchez a Ferraz puso al PSOE en la senda del crecimiento electoral, distanciándose de Podemos en los sondeos y recortando distancias con el PP. Pero en Galicia hay problemas específicos, como es la moratoria que impuso hace año y medio Besteiro tras su dimisión para seguir controlando el partido a través de una gestora débil. Las primarias que está celebrando, además de elegir al nuevo secretario general, son una oportunidad para acabar con el impasse y dotarse de una dirección potente que sea capaz de meter al PSdeG -que cae una décima en estimación de voto- en el ciclo ascendente que está empezando a vivir el PSOE. En juego están más de 90 alcaldías en Galicia y el mando en tres diputaciones.

bng

La oportunidad de iniciar un ciclo de ascenso. Con la llegada de Ana Pontón a la portavocía nacional, el BNG ha logrado estabilizar la organización y detener una caída de apoyo que se prolongó durante tres lustros. Ahora tiene ante sí la oportunidad de iniciar un ciclo de ascenso. La encuesta de Sondaxe asigna al BNG un tímido aumento en la estimación de voto de dos décimas a nivel autonómico, que los nacionalistas estarían en condiciones de trasladar al ámbito local debido a su amplia implantación territorial y a que disponen de 25 alcaldías. Las municipales del 2019 dirán si se confirma esa tendencia para ese Bloque en el que, ahora más que nunca, parece imperar la pax interna.