Es la autopista que aporta más beneficios a Itínere, pero sus precios, su titularidad y sus prestaciones son muy controvertidos
12 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El grupo Itínere gestiona cinco vías de alta capacidad en España, pero sin ninguna duda la joya de la corona de esta empresa es la AP-9. La autopista que une el norte y el sur de Galicia acumula ya 37 años de explotación y es rentable desde 1994, es decir, desde hace 22. La AP-9 aportó en el 2015 el 82 % de los beneficios de Itínere. El grupo recaudó en peajes el año pasado 204,5 millones de euros, de los que la AP-9 ingresó 134,2, y de los 54 millones alcanzados como beneficio neto el año pasado, el 82,7 % fueron de la autopista del Atlántico, que cerró el ejercicio con 44,6 millones en positivo. Pese a que el peaje que los conductores pagan por utilizar la AP-9 se mantuvo congelado el año pasado, la recuperación de los tráficos propició un aumento de la recaudación y también de los beneficios. De cada tres euros que se ingresan en las cabinas de peaje, uno se convierte en beneficio para Audasa.
Las tarifas
Un debate permanente
Esa rentabilidad es un elemento más a favor de quienes defienden una rebaja en los peajes de la AP-9, alguno de cuyos tramos figura entre los de tarifas más caras de España. Este alto precio, en un vial que resulta fundamental para las comunicaciones en Galicia y que en muchos tramos carece de alternativa eficiente desemboca en un recurrente debate sobre la necesidad de abaratar las tarifas. Algún mínimo paso se ha dado en los últimos años con la gratuidad del viaje de vuelta entre Vigo y Pontevedra o de los tramos Vigo-Morrazo y A Coruña-A Barcala, pero cruzar Galicia desde Ferrol hasta Vigo supone casi 18 euros en peajes para un turismo, y 30 o 38 euros, según sus dimensiones, para remolques o camiones. El año pasado, y durante cinco meses, Fomento asumió una rebaja en el precio de los peajes para los camiones de cuatro o más ejes, pero ese descuento finalizó con el año.
La transferencia
La eterna demanda
Precisamente con el fin de poder intervenir en los peajes siempre se ha discutido en el ámbito político gallego sobre la necesidad de que la AP-9, cuyo titular es el Ministerio de Fomento, sea transferida a la Xunta. La demanda lleva muchos años sobre la mesa ministerial, pero Madrid siempre se ha negado. En el mes de marzo, sin ir más lejos, el Parlamento gallego aprobaba por unanimidad reclamar a Fomento la cesión de la AP-9 con el fin de influir en los peajes. No era la primera vez que desde O Hórreo salía esa petición, pero la respuesta siempre fue negativa. Fomento argumenta que se trata de una vía de carácter internacional y que, por lo tanto, no cabe su traspaso a la Administración autonómica.
En consecuencia, como vía de ámbito estatal que es, la autopista del Atlántico está sometida a las tarifas que estipula el Ministerio de Fomento. El procedimiento para fijar estos precios consiste en aplicar un coeficiente de variación igual a la variación de la media de los índices de precios al consumo de los doce meses anteriores, corregido para cada autopista según la evolución de los tráficos. Según establece la ley, las concesionarias de las autopistas de peaje presentan ante Fomento sus solicitudes de revisión de tarifas y estas son revisadas para comprobar que se ajustan a la fórmula establecida. Si es así, se aprueban.
Recientemente la Xunta se dotó de un instrumento que le permitirá cobrar, eliminar o rebajar peajes en las vías de su titularidad, pero que, por tanto, no afectará a la AP-9. Se trata del reglamento que desarrolla la Lei de Estradas de Galicia, que establece el uso gratuito de los viales de la Xunta, salvo que la propia Administración autonómica decida establecer una tasa por su uso.
Las quejas
La autopista con más reclamaciones
La AP-9 es la autopista española que más reclamaciones genera a lo largo del año, un podio al que se ha encaramado de forma consecutiva en los dos últimos ejercicios. Las retenciones de tráfico siguen siendo el principal motivo de queja de los usuarios, seguidos de problemas en el uso de las tarjetas de crédito a la hora de pagar, el sistema de peajes y la conservación del vial.
Las retenciones en las áreas de peaje obligaron en más de una ocasión a Fomento a solicitar a la concesionaria que amplíe el número de cabinas de cobro operativas para agilizar el paso de vehículos. Sin embargo, hace unos meses Fomento y la Xunta autorizaban a las concesionarias de las autopistas gallegas a prescindir de cobradores en aquellos peajes con menos tráfico, en los que los usuarios deben ahora pagar directamente en la máquina.
PP y PSOE guardan silencio sobre la operación
Pese a que si finalmente cuaja la operación tendrá sin duda trascendencia política, ni el Partido Popular ni el Partido Socialista en Galicia quisieron ayer hacer valoraciones sobre un movimiento que circunscriben a negociaciones entre dos compañías privadas. Desde el PSdeG Pilar Cancela decía que se trata de una operación entre dos empresas de la que desconoce los detalles, motivo por el que eludió hacer más comentarios.