Los antecedentes del caso generan tensiones entre los dos principales socios de AGE
El caso de la detención del trabajador de Alternativa Galega de Esquerda (AGE) por la presunta tenencia y distribución de pornografía infantil abrió una brecha entre las dos principales fuerzas que integran dicho grupo parlamentario, debido al conocimiento previo que algún diputado tenía sobre este asunto, pero que no llegó a compartir con el portavoz, Xosé Manuel Beiras, ni con el resto de la coalición.
De hecho, el propio Beiras, al igual que la mayoría de los diputados de AGE y del personal adscrito al grupo, se enteró de la detención del técnico de la formación, producida en la tarde del lunes, cuando varios policías de paisano irrumpieron al día siguiente en la sede del grupo para realizar el registro e inspeccionar el ordenador personal del arrestado. Es más, la discreción de la operación policial provocó que algunos trabajadores de AGE dudaran incluso de la veracidad de la detención y de que se hubiera producido tal registro. Sin embargo, al menos un parlamentario perteneciente a Esquerda Unida, formación en la que militaba el detenido, estaba al corriente de la detención desde el lunes, así como de los problemas que le generó al partido el precedente que tuvo lugar en Ferrol en el año 2009.