Los últimos 16 kilómetros del AVE, pendientes de la incertidumbre política

Pablo González
Pablo González REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Variante de Ourense
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Se retrasa hasta finales de enero la circulación por el nuevo tramo hasta Zamora

09 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Si las obras de buena parte del AVE gallego en la montaña ourensana y en Zamora ya son irreversibles, pues sería más caro paralizarlas que acabarlas, no se puede decir lo mismo de los últimos 16 kilómetros del AVE que aún quedan por licitar. Se trata de la variante de alta velocidad que trata de evitar el tortuoso trazado urbano del ferrocarril en Ourense, retrasada con respecto al resto del acceso por las distintas planificaciones del proyecto y las dificultades en la tramitación medioambiental. Cuando se termine, supondrá un ahorro de tiempo de entre cinco y siete minutos y servirá para racionalizar y modernizar la integración del ferrocarril en la capital ourensana.

En enero del año pasado se dictaminó que el tramo Taboadela-Seixalbo debería pasar por el itinerario completo de la declaración de impacto medioambiental, un proceso que probablemente no se terminará hasta septiembre. Y para complicar aún más la cosas, el tramo que ya contaba con el beneplácito de Medio Ambiente (Seixalbo-Ourense) debe pasar por otro trámite ambiental para situar vertederos de las obras que fueron rechazados por los concellos limítrofes. Este proceso comenzó en noviembre y quedarían unos seis meses para culminarlo.

Si no fuera por esta eventualidad, este tramo podría ser licitado por Fomento. Con la ventaja, además, de que hay unos Presupuestos aprobados de los que se podrían recabar fondos sin comprometer a futuros Gobiernos. Pero todas estas opciones están de momento en suspenso, con el agravante de que el Ejecutivo está en funciones y sobre el país planean múltiples incógnitas sobre los pactos poselectorales y la posibilidad de unas nuevas elecciones. En este nuevo escenario político el AVE a Galicia puede dejar de ser una prioridad del Ejecutivo central, después de recibir generosas partidas presupuestarias desde el 2009. Es evidente que esta situación de privilegio -basada en la justa reclamación de la deuda histórica con las infraestructuras gallegas-, alentada por los dos últimos ministros de Fomento de origen gallego, puede cambiar en los próximos meses.

Sin ir más lejos, la semana pasada, la portavoz de Ciudadanos en Galicia, Olga Louzao, afirmó que el AVE «no es prioritario» para Galicia, aunque precisó que Ciudadanos está a favor de que se finalice lo que ya está licitado, dando por tanto a entender que pondrían en cuarentena nuevas licitaciones. Ciudadanos quiere dar prioridad a las conexiones ferroviarias interiores, aunque estos enlaces se están mejorando precisamente gracias al nuevo acceso ferroviario de alta velocidad. El otro partido que puede ser clave en los pactos, Podemos, ha recalcado que las infraestructuras deben adaptarse a un período en el que la prioridad pasarían a ser las urgencias sociales.

Trabajo «ordinario» de Fomento

El diputado del PP por Ourense, Celso Delgado, aunque admite la situación de impás político, es optimista y cree que la licitación de estos tramos «forma parte del trabajo ordinario del Ministerio de Fomento». Delgado asume que el departamento que dirige Ana Pastor puede licitar proyectos «que ya cuentan con consignaciones presupuestarias y que no han sido cuestionados en ningún momento por el principal partido de la oposición [el PSOE]». Para ello deben ser desbloqueados por Medio Ambiente.

En cualquier caso, a pesar de que estos tramos difícilmente podrían estar terminados dentro del plazo formal del 2018, la situación no debe dramatizarse. En ese año puede estar terminado el tramo más complejo entre Lubián y Taboadela, a las puertas de Ourense, y para el trazado urbano puede habilitarse una solución provisional para que los auténticos trenes AVE -y no los actuales Alvia S-730- puedan llegar a las principales ciudades gallegas. Para esto habría que construir un tercer hilo o carril de ancho internacional y electrificar este trazado, una obra compleja porque debe coincidir con la circulación de los trenes, aunque no demasiado cara.

Nuevo tramo a Zamora

Por otra parte, el nuevo tramo de alta velocidad entre Olmedo (Valladolid) y Zamora no será utilizado por los trenes gallegos el próximo día 18, como estaba previsto inicialmente. Incluso se bloqueó la venta de billetes a partir de esa fecha para la reorganización de horarios, lo que motivó las quejas de algunos usuarios. Este tramo se inauguró el pasado 17 de diciembre con dos servicios entre Madrid y Zamora, pero se demoró el paso de los Alvia gallegos por el nuevo trazado porque los maquinistas aún estaban en proceso de formación.

Ahora Renfe cuenta ya con plantilla suficiente para realizar los viajes, pero la reorganización de frecuencias que previsiblemente se va a acometer aconsejó retrasar hasta finales de enero o principios de febrero la circulación por este tramo, que ahorrará 30 minutos en los viajes entre Madrid y las principales ciudades gallegas. Fuentes de la empresa aseguraron que la venta de billetes se desbloqueará el sábdo hasta el día 24.

Renfe planea instaurar una tercera frecuencia a Madrid, aunque de momento no acometerá el proyecto de separar las conexiones de Vigo y A Coruña y eliminar los trenes hotel.