Galicia, que a siete días del final del año se mantiene por debajo de los 98 muertos en accidentes de tráfico del 2013, tiene en los atropellos un problema que se concentra en las vías secundarias
24 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Ni un muerto más. Controles de alcohol, de drogas, de velocidad, del uso del teléfono móvil, del cinturón de seguridad. El despliegue policial es masivo en toda Galicia de aquí a final de año, y de manera especial en las carreteras secundarias, donde se concentran el mayor número de accidentes mortales. Ahí está el mayor riesgo. En carreteras como la PO-551, donde el miércoles murieron las dos mujeres atropelladas por un coche en Moaña. En ese tipo de vías se mezclan las curvas con los cambios de rasante y los adelantamientos con miles de cruces, con giros imposibles y pocos arcenes. Un error puede terminar en tragedia. Y en Galicia se cuentan 90 tragedias a falta de siete días para que se cierre el año. Son las muertes registradas hasta ahora en vías interurbanas y en las 24 horas inmediatas al accidente, que es como contabiliza la DGT las víctimas en sus primeros balances.
Trayectos cortos, para comer o cenar, para estar con los amigos y la familia, para hacer las últimas compras... Ahí el conductor relaja las seguridad en demasiadas ocasiones. «A primeira norma é a responsabilidade dos condutores. Hai que estremar as precaucións e adaptar a condución a ese tipo de estradas», advierte el delegado del Gobierno, Santiago Villanueva, que el martes presidió una reunión extraordinaria de la comisión de seguridad vial de Galicia en la que se analizan las causas de los accidentes: los excesos de velocidad, el consumo de alcohol y de drogas, el uso del móvil al volante..., y los atropellos. Los peatones se la juegan en las carreteras de Galicia. Porque apenas tienen aceras, porque la iluminación es escasa y porque en muchos casos utilizan la carretera a diario. Es su forma de comunicación. Viven a un paso de la calzada y la cruzan a menudo para ir a la finca, a la farmacia o al supermercado. Es su vida. Y la arriesgan demasiado.
Muchas de esas carreteras son de titularidad autonómica. La conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, explica que la seguridad vial está en el vehículo, en el factor humano, en la atención después de un accidente, en la educación. Y en la infraestructura, en la carretera. Su departamento trabaja en un plan de seguridad vial «ambicioso pero realizable». Pero Ethel Vázquez remarca que «ningún plan pode substituír a prudencia».
La radiografía de la siniestralidad de Galicia refleja que más del 80 % de los accidentes mortales ocurren en las carreteras convencionales, las que tienen un solo carril por sentido y carecen de mediana de separación. Son el escenario de las salidas de vía, de los coches frontales y de los atropellos. Este año han muerto 13 peatones arrollados en las vías interurbanas gallegas, cuatro menos que el año pasado. Pese a que cualquier muerte es una tragedia, es preciso recordar que en el año 2003 murieron 58 peatones en Galicia.
«La víctima de un atropello en Galicia suele ser una persona de edad avanzada, con peor percepción de la distancia a la que está un coche. La carretera es la calle por la que ha caminado toda su vida, y no repara en los peligros que hay en ella», explica María Victoria Gómez Dobarro, coordinadora de la DGT en Galicia. Piensa parecido el teniente coronel Molano, jefe de la Guardia Civil de Tráfico de Galicia: «Es un problema grave», dice. Y pide a las familias que aconsejen a sus mayores sobre los riesgos de la carretera.