España sigue 13 años después sin la tecnología para revisar pecios como el del «Prestige»

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Los pecios del «Prestige»
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Salvamento hará un estudio para aumentar la profundidad de su robot submarino, que solo puede descender a 1.000 metros

13 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Dos grandes reliquias a 220 kilómetros de la costa gallega recuerdan la marea negra que asoló la costa gallega, cantábrica y francesa a partir del 13 de noviembre del 2002. La proa, a 3.820 metros de profundidad. La popa, a 3.545 metros. Desde el hundimiento del Prestige muchas cosas han cambiado. España cuenta con una de los mejores servicios públicos de salvamento marítimo del mundo, hay un nuevo plan de contingencias y un interés por enfrentarse a las emergencias desde la racionalidad. Pero sucesos como el hundimiento del petrolero ruso Oleg Naydenov al sur de Gran Canaria en abril, y la posterior operación para extraer el fuel a 2.700 metros de profundidad revela que la Administración marítima española no cuenta con la tecnología necesaria para esta operación o, si alguna vez se plantea, volver a revisar los pecios del Prestige.

La última vez que se descendió para revisar los restos, en los que permanecen algo menos de 1.000 toneladas tras la extracción de 14.000 realizada por Repsol, fue en el verano del 2007, después de que una expedición oceanográfica detectara pequeñas manchas de fuel en la zona del hundimiento. La operación costó algo más de siete millones de euros, pues tuvieron que alquilarse tanto el barco como el robot submarino. Lo mismo sucede con la operación de extracción desarrollada en Canarias. La contratación de una empresa de salvamento especializada costará a las arcas públicas unos 30 millones de euros para recuperar algo más de 1.400 toneladas. Algo que muchos expertos consideran excesivo y escasamente proporcional al riesgo ecológico generado.

En el 2008, Salvamento Marítimo adquirió un robot submarino, el Comanche, con muy buenas prestaciones para operaciones cercanas a la costa, pues su límite de inmersión está en los 1.000 metros. El ROV se guarda en la base logística de Salvamento de Fene y participó con éxito en la recuperación del hidrocarburo que contenía el petrolero Woodford, hundido a 40 millas de la costa de Castellón en la Guerra Civil por un submarino italiano, y responsable de distintos episodios de contaminación en la zona.

El robot está configurado para descender a 1.000 metros de profundidad en unas determinadas condiciones meteorológicas. Según confirma Salvamento Marítimo, en breve se encargará un estudio para ver si es posible mejorar sus prestaciones para que pueda descender a más profundidad. No obstante, técnicos consultados no creen que pueda bajar hasta pecios como el Prestige.

El debate de la revisión

Otro debate es si es necesario realizar otra revisión de los restos del petrolero. «En el Atlántico hay decenas de buques hundidos en la Segunda Guerra Mundial y múltiples residuos radiactivos, no creo que sea una prioridad volver al Prestige», dice un experto. Mientras se espera la sentencia del Supremo -se especula con que el fallo pudiera hacerse público hoy-, un estudio en el que participaron científicos de la Universidad de Alcalá concluye que en la zona del accidente existía una probabilidad ligeramente superior a la normal de que se produjera una ola gigante.