El asesino de Denise afirmó que le cortó el cuello para que no sufriera

Laura García del Valle
laura g. del valle REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

El asesino confeso durante la reconstrucción del crimen.
El asesino confeso durante la reconstrucción del crimen. PACO RODRÍGUEZ

Lo confesó después de su detención, tras cambiar la versión inicial en la que dijo que se había encontrado el cuerpo por el mal olor que desprendía

24 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«Le corté el cuello para que dejara de sufrir, la arrastré 100 metros hasta una cueva abierta y ahí la desnudé y le corté las manos». Estas declaraciones pertenecen al asesino confeso de Denise Thiem y datan del día posterior a su detención. Pero no son las únicas. Durante el examen de imputabilidad que le realizaron los forenses, Miguel Ángel Muñoz no solo confesó haber matado a Denise, sino que reconoció que -según se extrae de este informe pericial- «le dio un golpe en el lado derecho de la cabeza, cayó al suelo, se golpeó en la cabeza con unas piedras y comenzó a convulsionar». Fue entonces cuando, según el asesino, quiso evitarle a la americana un calvario mayor y decidió degollarla.

Diferentes versiones

Relató esta escena a los forenses tras derrumbarse en el examen psicológico, después de que un día antes hubiera reconocido que sabía donde se encontraba el cuerpo sin vida de la peregrina, al que había llegado tras notar «un olor como a animal muerto». La versión ofrecida en un primer momento por Muñoz dio un giro de 360 grados en apenas 24 horas; pero hasta el momento, el asesino mantiene que en ningún momento tuvo voluntad de matar a Denise, llegando incluso a afirmar, según este informe de imputabilidad, que pasó «tres días vomitando y recordando lo que había hecho».

Pero no avisó a la policía de lo sucedido. No lo hizo en cinco meses. Tampoco dudó en trasladar el cuerpo ya sin vida de Denise, cavar la tierra y enterrarlo. Ni puso reparos en cortarle las manos y enterrarlas en una zona apartada de donde había dispuesto el cadáver. El abogado de Muñoz, Vicente Prieto, aseguraba ayer en El Programa de Ana Rosa que este madrileño afincado en Castrillo de Polvazares acabó matando a esta americana de 41 años por una reacción violenta de esta: «Le hizo perder los papeles, no fue un asesinato premeditado». Y continúa, «si tú tienes previsto matar a alguien ya prevés lo que vas a hacer, él -Muñoz- en cambio, todo lo que hace él es para que encuentren el cuerpo. Si lo quisiera ocultar hubiera cavado más profundo.

Pero, ¿por qué cortó Muñoz las manos a Denise y las enterró ajenas al cuerpo si tenía intención de que la policía localizara el cadáver? En un primer momento, Prieto asevera que su cliente no quería «ocultar pruebas», aunque finalmente reconoce esta posibilidad. Una posibilidad que comparte la primera abogada que tuvo Miguel Ángel Muñoz tras su detención. Rosario Martínez, la letrada de oficio que le asignaron a Muñoz, afirmó el pasado martes que a ella ya le había reconocido que, tras cortar las manos, las había enterrado «en un espacio de dos metros por doce» pero que ella tenía dudas de que se encontraran en el perímetro de la finca. Los últimos datos indicaban que se habían encontrado restos de huesos carpo de humanos en el perímetro de la finca; pero finalmente esta opción fue descartada al tratarse de piezas óseas de algún animal.

El enigma se perpetúa mientras no aparezcan las manos y más si, como comentó Martínez, el asesino no supo especificar «el punto delimitado» donde las había depositado. Una situación que perjudicaría a Muñoz en el caso de que las uñas demostraran que no existió forcejeo alguno pero que, por el contrario, le beneficiaría si apareciera defensa, ya que quizás se descartaría la alevosía en la que Muñoz incide.