Todos quieren subirse a la marea

serafín lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Unión de fuerzas para las generales
La Voz

Las fuerzas nacionalistas y de la izquierda intentan extender la fórmula para las generales entre recelos por el liderazgo del proyecto y el papel de Podemos

21 jun 2015 . Actualizado a las 14:50 h.

La fuerza con que las mareas han irrumpido en Galicia trasciende su éxito electoral. Su poder para decantar mayorías en ámbitos urbanos donde las fuerzas nacionalistas y de izquierda llevan años en caída libre ha convertido esa fórmula en la medida de todas las cosas. Nadie quiere quedarse fuera de un formato que viene a ser una coalición de partidos con coartada ciudadana. Hasta los que hace solo unas semanas abominaban de Podemos como una «trapallada propagandística» parecen dispuestos ahora a aceptarlos como socios en una candidatura de unidad popular para las generales que tiene por delante una costosa gestación. El reto de buscar un paraguas que cobije al ensarillado de siglas se complica por los recelos que ya han aflorado sobre el liderazgo en el impulso del proyecto y el papel de los de Pablo Iglesias.

El BNG ha sido hasta ahora la formación más inquieta para espolear una candidatura de país que ya figuraba en su estrategia antes de las municipales. Ante la evidente pérdida de predicamento electoral del Bloque, cualquier alternativa para conseguir escaños en el Congreso requiere de la suma de otras fuerzas. Vence lo dejó claro en la misma noche del 24 de mayo y lo desarrolló en la semana siguiente. El BNG sacrificará incluso sus siglas para incentivar la comunión. No solo de los partidos creados por los que dejaron la casa común en la asamblea de Amio de febrero del 2012 (Anova, Compromiso por Galicia y los escindidos de la formación de Beiras, Cerna). También de opciones como Podemos, Esquerda Unida (EU), Espazo Ecosocialista y otras de la izquierda rupturista.

Pero mientras el Bloque alienta esa candidatura para defender a Galicia como nación, de puertas adentro dirime otro debate. En el partido hegemónico en la organización frentista, la UPG, prima la reticencia a embarcarse en el mismo proyecto que fuerzas como Podemos e IU. Son esas reservas las que han llevado al BNG a levantar un dique en la propuesta que ayer recibió luz verde de su consello nacional. Si el Bloque renuncia a su marca, las demás formaciones tendrán que hacer lo mismo. Por eso plantea que la «candidatura nacional de amplo espectro» para las generales deberá tener entidad jurídica propia. A partir de ahí, como ayer recalcó Xavier Vence, la premisa que el futuro grupo parlamentario trabaje en el Congreso por la defensa de los intereses estratégicos gallegos, sin supeditación alguna a los partidarios, y por la soberanía de Galicia. Ante una eventual apertura de la reforma del Estado en la próxima legislatura, el Bloque quiere que Galicia juegue en igualdad de condiciones que Cataluña y el País Vasco.

Salir a flote o acabar hundidos

Aquí los focos apuntan de nuevo a Podemos, que en Galicia tiende puentes con el nacionalismo que tiene vetados en Cataluña y en el País Vasco. Los de Pablo Iglesias buscan en su aproximación al nacionalismo gallego un trampolín que no tiene en las otras dos nacionalidades históricas. La incógnita es en qué medida Podemos puede fagocitar el espacio del BNG y llevarlo al precipicio.

Anova tiene menos cautelas internas que el Bloque sobre una entrada de Podemos en la marea que considera necesaria. Pero Beiras ya advirtió tras el 24M que las opciones de conformar una marea gallega para las generales con opciones de éxito pasan por neutralizar la tentación de las cúpulas de los partidos de tutelar un proyecto cuyo motor debe seguir en la ciudadanía. Ese tirón de orejas era para Podemos, ante su posible interés en comparecer en Galicia con su marca.

Pero las mareas también empiezan a desconfiar de un protagonismo que el Bloque asegura que no busca. Ahí está el significativo mensaje lanzado esta semana por el alcalde de A Coruña de que la organización frentista no puede liderar el proceso para las generales.

IU también lanza advertencias en la misma línea. En un encuentro con miembros de Marea Atlántica, su candidato a la presidencia del Gobierno, Alberto Garzón, proclamó ayer en A Coruña que los partidos no pueden «vampirizar» las candidaturas de unidad popular. Garzón, de periplo por Galicia, señaló que esta comunidad es ahora mismo «la parte de Europa más preparada para lanzar hacia delante una marea». IU siente en el cogote la amenaza de Podemos. Y en el Bloque no acaban de fiarse.