Por donde sí se ha dejado ver el ladrón del Calixtino ha sido por A Lanzada, donde tiene un apartamento comprado a tocateja presuntamente con el dinero de la catedral y que también podrían incautarle si le condenan. También por Negreira, donde su mujer tiene una casa heredada de la familia.
Las acusaciones al deán
Además de no dejarse ver, Fernández Castiñeiras tampoco se ha dejado oír en este tiempo. Ni una sola vez ha hecho declaraciones públicas de palabra. Sí por escrito. En una única ocasión y mediante un manuscrito de quince folios que presentó el 14 de febrero del 2013 en el juzgado y en el que hizo gravísimas acusaciones en las que apuntaba directamente contra el exdeán, José María Díaz. Señaló que quería que todo el mundo supiese «lo que yo he vivido y visto» y que cuando llegó en 1980 a la catedral para hacer la instalación eléctrica de un despacho «se comentaba con total naturalidad y haciendo chistes que (...) había relaciones sexuales» en el templo. En el escrito cita con nombres y apellidos a un buen número de religiosos, que presentaron denuncias contra él. Sobre los robos de dinero decía: «En la catedral yo siempre vi que robaban dinero».