«Ni nos ayudan ni nos dejan cubrirlas»

Marta de Dios Crespo
Marta de Dios LUGO / LA VOZ

GALICIA

Descontento y preocupación vecinal ante la falta de ayudas de las administraciones

28 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

«Cuns 20.000 euros ao ano poderíase facer o mantemento de todas as pallozas de Piornedo», asegura Roberto López. Es vecino de la zona y además teitador, de los pocos profesionales que todavía se dedican a techar estas construcciones. También es uno de los pocos vecinos que se atreven a dar la cara, aunque el descontento y la preocupación es palmario en la mayoría. Como él, muchos no entienden cómo siendo protagonista de la mayoría de las campañas turísticas de Galicia, Piornedo está abandonado a su suerte desde hace casi un lustro.

«Chama a atención que sexa un poboado declarado BIC», lamenta Xabier Moure, historiador y experto del patrimonio lucense que asegura que «esta é a zona máis abandonada de toda Galicia sen ningunha dúbida». Moure es conocedor de buena parte del patrimonio gallego y un inquieto defensor contra su deterioro. Hace un par de semanas estuvo visitando la zona, comprobando el estado de las pallozas y hablando con los vecinos. «O risco de que se veñan abaixo está aí porque o estado de moitas delas é crítico», analiza. «Das pallozas están mal as cubertas e está mal a estrutura», asegura.

Unos daños que son perceptibles para el experto o para el ojo entrenado que sabe dónde mirar. Los turistas apenas notan el deterioro salvo en los casos más graves, pero los vecinos y propietarios saben que las construcciones están al límite. Socavones en la paja, goteras, musgo creciendo en las cubiertas y madera que carcome a pocos la humedad.

Una de las cosas que más le indigna a Moure es comprobar cómo en localidades que están separadas por pocos kilómetros conservan estas construcciones con mucho mimo. Es el caso de Balouta, en el municipio leonés de Candín, «da gusto ver aquelo, o ben conservado que está». En esa localidad de la comarca de Os Ancares leoneses, las pallozas también son patrimonio con declaración BIC, pero su estado de conservación es bastante diferente.

Raúl Romero también está harto, su abuela Ana tiene una palloza en propiedad que, como todas, está en estado crítico. «Es que no nos dan alternativas, porque ni nos ayudan a mantenerlas ni nos dejan cubrirlas. Nosotros queríamos poner chapas o lonas o algo, pero dicen que se rompe la estética del paisaje», comenta enfadado. «Más se romperá la estética de Piornedo cuando se caigan las pallozas, ¿no? Ahí sí que se perderá la esencia del pueblo», argumenta.

Su familia guarda en la palloza un gran telar desde hace cuatro generaciones, el mismo que dio fama a su abuela, conocida en toda la comarca por su elaboración de colchas. «A día de hoy está ya mal, porque está expuesto al frío y a la humedad y es cultura que también se pierde», denuncia. Cuenta Raúl Romero que buena parte de sus pertenencias ya las han trasladado, pero que en el caso de ese telar es demasiado grande para guardarlo en cualquier otro sitio. Como su caso hay muchos otros, a excepción de dos que se conservan en buenas condiciones y que están abiertas a las visitas. Casa do Sesto funciona como museo y Casa Casoa, a pesar de pertenecer a un particular, se puede visitar por el precio de un euro. El interior de esta última se conserva como cuando era habitada y el dinero recaudado a través de las visitas se invierte íntegramente en su conservación.

El resto de las pallozas sirven, a día de hoy, como almacén. En algunas hay todavía paja o animales, pero la mayoría de los habitantes guarda objetos que ya no pueden conservar en otros lugares. La frustración vecinal se entiende porque más allá de la pérdida paisajística que supondría que los techos de las pallozas se vinieran abajo, esos bienes se están echando a perder.

Vecinos, asociaciones y expertos llevan años lanzando un grito de socorro por este patrimonio. Las administraciones han prometido actuar, aunque habrá que ver si lo hacen a tiempo de perder un patrimonio cultural de valor incalculable.