«Sabemos los riesgos de Internet»

María Santalla REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Móviles de última generación, aplicaciones de mensajería instantánea y las redes sociales son el día a día de los adolescentes.
Móviles de última generación, aplicaciones de mensajería instantánea y las redes sociales son el día a día de los adolescentes. martina miser< / span>

Conocen lo que es el «sexting» y admiten haber observado prácticas peligrosas, pero la mayoría de los adolescentes son responsables y solo chatean con amigos

16 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Tienen entre 11 y 18 años y parecen haber nacido con un teclado entre sus manos. Son los adolescentes de hoy, que ya no entienden el mundo sin la mirada permanente hacia su teléfono móvil y sin el ronroneo de una consola o un ordenador. Los expertos alertan. Aunque los chavales parezcan tenerlo todo bajo control, no es cierto. Sin caer en la obsesión, los padres deben estar muy atentos a los peligros que llegan asociados al -al mismo tiempo prometedor- mundo tecnológico, opinan los psicólogos.

Conscientes de que la formación y la prevención son esenciales para que los chiquillos sepan esquivar los riesgos de Internet, los cuerpos de seguridad se afanan en prepararlos. En todos los centros educativos de Galicia se organizan charlas y, de hecho, los propios adolescentes reconocen que son conocedores de los peligros a los que puede conducirles un uso inadecuado de los chats o de las redes sociales. «Creo que la gente suele hacer caso», sostiene Patricia, pontevedresa de 17 años, quien, sin embargo, reconoce que en ocasiones observa a su alrededor actitudes poco responsables. «A veces veo que se meten en un chat en el que salen personas al azar», un sitio web que se anuncia como «solo para adultos» y cuyo cometido es propiciar el contacto aleatorio de personas en todo el mundo. También Brais, vilagarciano de 12 años y estudiante de primer curso de ESO, reconoce que «en clase hay alguna persona de la que se burlan». «Crean una cuenta falsa y se meten con la gente», expone Andrea, de 17 años, para quien «hay gente que tiene mucho miedo y otra que piensa que no le va a pasar a él».

De todos modos, aunque la cara oscura de las nuevas tecnologías está ahí, como ha puesto de manifiesto el reciente caso de sexting en Vigo -se distribuyeron fotos de una niña de 13 años desnuda y están imputados su exnovio y varias amigas-, lo habitual es que los adolescentes utilicen sus teléfonos móviles o sus ordenadores para chatear con sus amigos o, como mucho, para vivir a través de la tecnología sus primeros escarceos amorosos: «Ligamos lo que se puede», dice Nadir (18 años), de Arteixo.

Los chicos viven pegados a sus teléfonos móviles -«Todo el tiempo. Somos unos viciados», reconoce Miguel, coruñés de 14 años-. Y no a unos aparatos cualquiera, sino a artilugios de última generación, muchas veces comprados a través de Internet. Aunque la mayor parte de los educadores coinciden a la hora de marcar los trece años como la edad antes de la cual los niños no deberían tener móvil, la realidad es que cada vez los teléfonos llegan antes a sus manos. Lo habitual es que los escolares reciban su primer aparato a los doce años, cuando comienzan la ESO. Es el caso de Sara, de 15 años, que cuenta con su propio dispositivo desde que comenzó el primer curso. Ahora, ya en tercero, casi todos sus compañeros no solo lo tienen, sino que «casi todos lo llevan a clase. Lo tienen encendido, y a veces suenan». En realidad, en clase están prohibidos, pero muchos se saltan las normas: «Algunos los esconden; otros juegan por debajo de la mesa; a veces chatean entre niños de clase», relata Patricia.

Los hay incluso más precoces. Natalia, que cumplirá pronto once años, no tiene móvil, pero hay niños en su clase que sí disponen de él. «Son los que más peligro tienen», sostiene Andrea, su hermana mayor.