A la espera del informe sobre los teléfonos de los padres de Asunta

José Manuel Pan
José Manuel Pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

El resultado del examen de las llamadas marcará el fin del secreto de sumario

08 nov 2013 . Actualizado a las 10:47 h.

Hoy se cumplen 48 días del hallazgo del cadáver de Asunta Basterra Porto, de 12 años, en una pista forestal de Teo, cerca de Santiago. Un mes y medio de investigación, de incógnitas y de verdades a medias, pero sobre todo un tiempo de incertidumbre generalizada en una población que asiste atónita a un caso sorprendente desde el primer momento. Desde la mañana de aquel domingo 22 de septiembre cuando el juez José Antonio Vázquez Taín, de guardia ese fin de semana en Santiago, examinaba junto a los expertos en homicidios de la Guardia Civil el lugar en el que apareció el cuerpo de aquella niña, adoptada en China once años atrás, y cuyo nombre, Asunta, ha dado la vuelta al mundo en estos 48 días.

El juez mantiene secreto desde entonces el sumario del caso para facilitar las investigaciones y a la espera del resultado de determinados análisis que el grupo de delitos contra las personas de la Policía Judicial de la Guardia Civil de A Coruña considera claves para dar por cerrado el proceso de investigación y presentar el informe definitivo al juez Taín. Falta por determinar el estudio de situación de los teléfonos móviles de Rosario Porto y de Alfonso Basterra el sábado 21 de septiembre para lo que es necesaria la localización de los terminales mediante los repetidores de telefonía. Pero más importante aun puede ser el resultado del tráfico de llamadas y mensajes de esos teléfonos. ¿Con quién hablaron el sábado 21 de septiembre? Se sabe que Rosario y Alfonso comieron ese día con Asunta en el piso de él, en la calle República Argentina, de Santiago, donde el juez sitúa el momento en que la niña ingirió de forma masiva los medicamentos. ¿Enviaron los padres algún mensaje a una tercera persona? El análisis detallado de los movimientos de esos móviles encargado por el juez podría determinar incluso si se pudo haber producido algún tipo de borrado de la información de los teléfonos.

Pero también está por llegar el informe definitivo de la autopsia que aclare la causa de la muerte. Los cinco forenses que examinaron el cadáver de la niña antes de su incineración dieron como primera pista la muerte por sofocación, pero la cantidad de medicamentos hallada en el cuerpo podría hacer pensar en una muerte por envenenamiento.

Falta poco. Todo parece indicar que el resultado de esos análisis será determinante para la investigación, lo que implicaría el final de la instrucción judicial y el levantamiento del secreto de sumario.