El juez ve posibles amaños en más obras de Montebalsa en Santiago

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

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Bernardino Rama ve en las denuncias del PP una campaña de «linchamento persoal» contra él. M. FERREIRÓS< / span>

Taín sospecha que el edil de Obras de Bugallo favoreció a la empresa

21 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

En junio del 2009, el PP denunció una supuesta trama de corrupción para favorecer en la adjudicación de obras a Montebalsa S.L. Los populares señalaban como responsable al por entonces concejal de Obras, el socialista Bernardino Rama. Extrañamente, el caso se desgajó. De un lado, se investigó el amaño del concurso de la remodelación del pabellón deportivo Quiroga Palacios, que era el que parecía más evidente. El edil, la mano derecha del exalcalde del PSdeG Xosé Sánchez Bugallo, esquivó la imputación y solo se sentaron en el banquillo el ex arquitecto jefe del Concello, Tomás Rivero Llavero, y un aparejador municipal, Isidro Mendoza Rivero. Ambos fueron condenados y sus penas de tres años de prisión han sido confirmadas en el Tribunal Supremo.

El resto de las obras en las que el PP veía amaños en favor de Montebalsa S.L. quedaron en otra causa en la que Rama sí ha sido imputado y por la que ahora tendrá que declarar el día 27 ante el juez que instruye el caso, José Antonio Vázquez Taín.

El magistrado señala en su auto, dictado el pasado martes, que ve indicios de que Bernardino Rama, en su condición de edil de Obras del anterior gobierno de Santiago, pudo actuar en «connivencia» con los dos técnicos municipales ya condenados por este asunto. Taín advierte de que la mayoría de las presuntas irregularidades denunciadas por el PP carecen de pruebas, pero el juez se ha fijado en al menos otros tres casos en los que también ha visto indicios de amaños en los contratos para favorecer que se adjudicasen obras a Montebalsa.

El más sospechoso sería el de la reposición del suelo de madera del pabellón de Santa Isabel. La obra se adjudicó en septiembre del 2008 mediante un procedimiento negociado sin publicidad. Ya resultó extraño que la concejalía de Deportes, la que tenía las competencias, aportase tres empresas, todas ellas especialistas en este tipo de trabajos, pero que la de Obras, la de Rama, presentase otras dos. Una de ellas era Montebalsa. Las ofertas de las firmas especializadas fueron rechazadas por temerarias, pese a que justificaron técnicamente la gran rebaja en el presupuesto. Montebalsa se llevó la obra, aunque no fue la que la ejecutó, porque la subcontrató a la firma que habría ganado el concurso de no haberse calificado de temeraria su oferta por ser más barata.